
Obligado por algunas ausencias sobre todo atrás, el once del filial azulgrana no podía ser más atractivo. Masip en la puerta, Patric, Sergi Gómez y Planas repitiendo en defensa, e Ilie, normalmente mediocentro, completando la línea como central. En la media, el triángulo más estimulante que puede verse en segunda: Espinosa, Denis Suárez y Sergi Samper. Este último, con apenas 18 años, ya demuestra en cada acción que llegará. La pareja de interiores funcionó bien. Intercambiaron posiciones, banda y altura. Les favoreció mucho lo bien que interpreta Samper la salida entre centrales. Hace mucho que el Barça no produce un mediocentro de este perfil. El 4 vuelve a estar en el circulo central. Con la base descubierta en salida, y los laterales proyectados arriba, pues, Espinosa y Denis tenías mucho espacio en el que ofrecerse, recibir y girarse. Especialmente el recién incorporado, que como intuíamos, de los dos interiores será el que mantenga una mayor tendencia a jugar por detrás del balón.
La salida fue muy limpia, en corto y también en largo. Samper es lo que tiene. Su envío largo es de muchos quilates. El principal beneficiado fue Nieto, el delantero más profundo en ausencia de Dongou. El punta camerunés cedió su sitio a Sandro Ramírez. Dos nueves, una figura que el filial no tiene desde que se fuera Jonathan Soriano y de la que está sacando mucho provecho en este inicio de liga. Entre el punta y Nieto estiran y fijan atrás, y en la mediapunta se genera el espacio, bien para los interiores, bien para que Joan Roman se descuelgue.
Fue un primer tiempo muy serio, en el que tan malas sensaciones ofreció el filial blanco, como positivas el azulgrana. Es pronto y todavía pasarán muchas cosas. El grupo es muy joven y eso, a priori, es garantía de irregularidad. Ya veremos. Hay futbolistas importantes que deben entrar. Lo que ya ha quedado claro, eso sí, es que esta temporada apetece mucho más seguir al Barça B de Eusebio. Y nosotros que nos alegramos.
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