
Para colmo, las lesiones no han acompañado. Pareja, Fazio, Carriço, Reyes, Marin, Cherichev o Beto, son algunos de los jugadores que ya han visitado la infermeria durante estas semanas iniciales. El último en sumarse, Perotti.
A Emery siempre le ha gustado enfrentar al Barça con un contraataque a tres carriles, pero en esta ocasión es consciente de que deberá sumar músculo defensivo en la media. El Barça del Tata es más ancho en salida, lo que genera mayores espacios por dentro, y ya hemos visto como los rivales que mejor lo han frenado han optado por la línea de cinco en la medular. Unai Emery, en este inicio liguero, ha alternado el 4-2-3-1 con el 4-4-2, pero para medirse al Barça, un doble pivote con Rakitic parece absolutamente insuficiente. Reforzar la media con otro mediocentro de contención junto a Iborra, parece obligado. En principio el elegido debería ser M’Bia, pero los problemas con los centrales pueden abrirle la puerta al joven Cristóforo. La posibilidad del 4-5-1 con Rakitic acompañando a esos dos futbolistas de contención, estaría bastante cerca de lo que le planteó Simeone al Barça con Mario, Gabi y Arda Turan.
Con la necesidad de sumar un hombre a la medular y la baja de última hora de Perotti, pareciera que el resto de piezas se colocan solas: Vitolo en una banda, Marin en la otra, y bien Bacca, bien Gameiro, en punta. Sucede, sin embargo, que el menudo alemán sale de una lesión y, ya de por sí, no es un futbolista especialmente preparado para salir al Camp Nou y enfrentarse una y otra vez a las carreras en ataque de Alves, Alba o Adriano. Rabello o sobre todo el ex-racinguista Jairo, serian opciones más lógicas.
Pero Unai necesita a Marin. No sólo porque seguramente sea su mejor futbolista, sino porque es el único que puede permitir al Sevilla fases de descanso con balón. Marko puede recibir, aguantar, proteger y asociarse con otro sevillista. Darle la opción a su equipo de salir y de plantearle un escenario incómodo al Barça. La suplencia de Rakitic parece la única solución. Es una decisión complicada. Que Marin se incruste en la media, con las espaldas cubiertas por la pareja de mediocentros, trabaje sobre las recepciones de Busquets y ejerza de principal salida ya sea en conducción o lanzando al punta.
Si no está Marin o se sitúa en banda aplastándose contra su propio lateral, la alternativa en salida del Sevilla será el punta. Bacca o Gameiro. Titular uno en la primera jornada y el otro en la segunda, en la tercera jugaron los dos. Si Emery quiere amenazar los tres carriles y no regalar el centro del campo, deberá escoger entre uno de los dos y la elección dirá mucho del plan del entrenador. El colombiano, el favorito, será sobre todo apoyo, la posibilidad de respirar para un Sevilla que previsiblemente vivirá en su campo. La opción de que una vez el balón llegue al delantero centro, pueda volver hacia atrás. Gameiro, por el contrario, será atacar sin correa, en una sola dirección. Llegando más rápido, más punzante y vertical, pero sin apenas hilvanar cadenas de pase una vez los visitantes recuperen el balón.
Nunca es un buen momento para visitar el Camp Nou. El Sevilla llega con algunas dudas y muchos interrogantes ya desde la portería. Unai tiene mucho en lo que pensar.
