El 9 no se estila
Suyo fue el único gol del filial en la Nueva Condomina, el que abrió el marcador. Tras algunos años de falsos nueves desde que Jonathan Soriano abandonase el filial, parecía que con Dongou el Barça B recuperaría la figura del delantero centro. Araujo, Luis Alberto e incluso Rafinha, replicaron las últimas campañas el rol que ostenta Messi en el primer equipo. Pero la presente temporada apuntaba a otra cosa. Para a empezar, ninguno de los tres anteriores sigue en el equipo, y para continuar, Eusebio cuenta ahora en sus filas con los dos nueves más sólidos que ha sacado la cantera culé desde hace tempo: el citado Dongou y Sandro Ramírez.
Sin embargo, los altibajos del primero, las lesiones del segundo, los malos resultados del equipo y la aparición del paraguayo Sanabria, han recuperado el escenario antiguo. Un punta móvil, con más tendencia a desocupar el área para entrar en contacto con el cuero en otras zonas y generar ventaja numérica, que a trabajar entre centrales y cerca del punto de penalty. En este esquema, a Dongou se le ha desplazado a banda derecha. Es el hombre encargado de entrar en diagonal al espacio vacío. Para jugar pegado a la cal no es el más preparado; ni posee un desborde poderoso ni velocidad para correr la banda. Lo suyo es la diagonal y que el carril lo ocupe Patric. Es el hueco que ha encontrado el nueve, en un equipo que no quiere a uno.