
De entrada, el esquema no le obliga a guardar tanto la posición, es más flexible. La rigidez táctica que tan a menudo se le resistió a Thiago en Barcelona, pierde intensidad. A cambio aumentan los espacios. Con los laterales abiertos y Götze esperando entre líneas, toda la zona media queda para Lahm y Thiago, algo que el brasileño, y su necesidad de contactar siempre con el cuero, agradecen. Por otro lado, sin el triángulo canónico en mediocampo, el recurso de la salida con le mediocentro entre centrales queda de lado. El primer pase recae exclusivamente en los centrales y por lo tanto, es más defendible. Thiago tiene excusa para recrearse en un mal que ahora es ventaja, su marcada tendencia a acercarse al hombre que tiene el balón. Lo que en otro contexto supone acercar una marca al compañero, ahora se convierte en auxilio. Con un espacio enorme para él, libertad para explorarlo y encaje para sus vicios futbolísticos, vimos al mejor Thiago. Guardiola sigue con su obra.
por allasfcb
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