
Aun así, el inicio fue local, y con cierta claridad. Encontraban a Silva cómodamente entre líneas, Navas desbordaba, Touré llegaba en avalancha… Pero este City no dura 90 minutos, el Chelsea sobrevivió, y más allá de esto el equipo de Pellegrini tiene muy poco sostén. Ni tiene una salida de balón clara, ni es constante con el balón, ni presiona junto arriba, ni repliega bien atrás. En el área te mata, pero el lunes no mató. La novedad por los de casa, en ausencia de Fernandinho, fue la entrada de Demichelis en mediocampo. No supuso un cambio sustantivo más allá de anotarlo como posibilidad a la hora de analizar el emparejamiento con el Barça.
A quien aguanta el chaparrón contra el City, le termina llegando su momento. Sus partidos son abiertos y concede mucho. Arriesga para llegar arriba y no lo ata atrás. Superado el tramo inicial, el Chelsea salía como quería. La espalda de Silva es una llanura, y Touré, de tan mediapunta, deja sólo a su compañero. Iniciar es fácil porque siempre hay un espacio donde crear la línea de pase, y en campo propio el de Pellegrini es cualquier cosa menos un equipo ordenado. Es sencillo encontrar el hombre libre. Además, esta vez, el rival tenía a Hazard, que pudo con la banda defensiva fuerte. El belga pasó por encima de Navas, de Zabaleta y del partido. A Ivanovic, con el carril libre, le dio por subir, y como alcanzar la corona este City no lo vende caro, llegó al pico del área. Sin retorno de nadie más, y los zagueros skyblue con su pareja de baile, el serbio se vio solo, lo intentó y alojó el balón en el fondo de la red. Un uno a cero que golpea al City, refuerza al Chelsea y aprieta la Premier.
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