Pero podría haber una operación para mejorar esto. Que redondease la plantilla. Un cambio de piezas que se financie en gran parte por si mismo y que implica la salida de uno de los dos laterales suplentes y la llegada de un futbolista que sea, al mismo tiempo, el reemplazo de ese lateral suplente, cuarto central y una opción en el mediocentro para cuando no esté Busquets. Daley Blind.
La evolución en el último año y medio del hijo del mítico líbero Danny Blind ha sido descomunal. Ha pasado de ser un jugador caricaturizado a uno de los más exportables de la Eredivisie a una gran liga. Con él erramos y no tenemos más que reconocerlo. Lateral izquierdo en origen, con Frank de Boer se ha adaptado también al mediocentro, y su fútbol se ha disparado. Se trata de un jugador eminentemente relacionado con el cuero. Como lateral no es un lateral de banda, sino de balón, aunque llegue bien arriba. Zurdo, de buen nivel técnico y dominio también de la pierna mala, destaca su acentuada tendencia a irse hacia el interior, a relacionarse con el juego. Es un lateral especial. No es habitual en hombres que ocupan la misma posición ver su dosis de creatividad y su implicación en la organización. Combina rápido y se mueve con sentido. Formado en Holanda, el juego de posición no tiene misterios para él, y su orden táctico le ha llevado también al mediocentro, donde ha cumplido con nota hasta el punto de generar la duda tanto en su técnico como en su seleccionador. Daley será titular con Holanda en el Mundial de Brasil, pero está por ver si es como lateral izquierdo o en el centro del campo.
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