
Formado en el Emelec, eterno rival del Barcelona de Guayaquil, Noboa fue a parar en 2007 a las filas del Rubin Kazan de Berdyev, un conjunto, el ruso, que sería bien poco conocido en Barcelona de no haberse enfrentado, en dos ediciones consecutivas de la Champions, al equipo dirigido entonces por Pep Guardiola. La primera vez que se vieron las caras fue en el Camp Nou, y ganaron los visitantes. Ahí es nada. Messi, Iniesta, Xavi, Ibra, Touré…estaban todos, pero con goles de Karadeniz y Ryazantsev se impuso un Rubien Kazan al que el ecuatoriano Noboa dirigía desde mediocampo. Un año más tarde, el a la postre campeón de Europa, volvió a encontrarse en su grupo al conjunto del frío Kazán. Esta vez el primer partido se disputó en Rusia y terminó en empate. El gol local, obra del centrocampista ecuatoriano. Al mejor equipo del continente, volvía a atragantársele un Rubin Kazan vestido de matagigantes. Noboa, espectador de excepción y actor protagonista, sabe que en el fútbol, aunque no siempre lo parezca, siempre se puede.
