Ante los arlequinats las cosas no empezaron bien -Kiko Olivas adelantó a los visitantes-, pero pronto se ajustarían a un guión favorable para que el 6 del Barça B dominara. Una jugada de penalti y expulsión dejó con diez a los de Miquel Olmo, que atrasaron la línea con el objetivo de reducir espacios, aguantar y salir a la contra. Esta última parte la controlaron Diagné y Edgar Ié, la pareja de centrales del sábado una vez la vuelta de Samper liberó al senegalés de su función en mediocampo. Se combinaron bien y dieron la calma que en esta ocasión no transmitió Ortolá, y junto al seis que es cuatro, armonizaron la salida frente a un rival que no tenía hombres suficientes para llegar a las cuatro esquinas. No obstante, ante un escenario propicio y un rival en inferioridad, al filial le costó mucho generar oportunidades de gol.
No ayudó que Dongou, durante el primer tiempo, jugara más tiempo fuera del área que dentro. El movimiento, en sí, no tiene nada de malo y el jugador lo desarrolló bien, pero ante el Sabadell no resultó fuente de demasiadas ventajas. La superioridad en la media ya estaba conquistada ante un adversario con diez hombres, y en cambio, con el camerunés fuera de zona, no había nadie que pisara zona peligrosa. Adama es movimiento fuera- fuera en paralelo a la línea de banda, y Joan Román busca más la frontal para la asistencia que el área chica para el remate. Sin embargo el principal problema fue la dificultad que encontró el Barça B para activar los dos costados. Durante la primera mitad, prácticamente todo el juego se fue al lado izquierdo del ataque culé. No se separó a la defensa del Sabadell.
La orientación natural de la diagonal de Samper es hacia ahí, y en corto, el cerebro del equipo tocó con Halilovic. El croata, situado como interior derecho, se está haciendo a una posición nueva, pues en el Dinamo Zagreb actuaba en banda, y todavía tiene demasiado marcada la salida hacia el mismo perfil. Siempre sale hacia su izquierda, como cuando jugaba cerca de la cal actuando a pierna cambiada, girándole la espalda a un Adama que espera fijo por fuera. Resulta sintomático que el compañero que más activó al extremo fuese Patric Gabarrón, el lateral, lo cual nos da una pista tanto de lo escaso como de la calidad de los balones que le llegaron: con origen en el lateral, la mayoría de recepciones fueron de espaldas y en parado.
En el segundo tiempo, se notó lo que pareció una indicación clara desde el banquillo. El juego se repartió entre los dos carriles, con un Sergi Samper que lateralizó un poco más su posición para acercarse a Grimaldo -antes interior, ahora lateral izquierdo- y cambiar la dirección del juego hacia el perfil derecho. Pero si en el camino el cuero aterrizaba en los pies de Halilovic -paso intermedio lógico entre Samper y el extremo- éste volvía a metro dentro. Fue salir el croata del terreno de juego, y romper a jugar Adama. Es sintomático. Al del Hospitalet de Llobregat empezaron a llegarle balones, y además en situación ventajosa para jugar lanzado y desbordar. Entre eso y que el rival ya notaba en las piernas casi un partido entero en inferioridad numérica, pusieron el partido del lado culé. Con juego por fuera, se abrieron los espacios por dentro, y Dongou supo sacarles provecho por partida doble.
Tan claro resultó el cambió, que el partido será perfecto para que Eusebio detecte el problema e invierta sesiones de entrenamiento en solucionarlo. Son dos de los futbolista llamados a liderar al Barça B esta temporada en segunda, pero a día de hoy, a comienzo de temporada, con Halilovic de interior derecho, el filial no ve a Adama.