
El domingo, sin embargo, el Barça visita el estadio del Levante, único equipo de primera división que todavía no ha visto puerta. Siendo el cuadro culé el único que todavía no ha encajado, el escenario puede invitar a Luis Enrique a potenciar algo más la propuesta en campo rival. Vimos ante el Villarreal como, en un terreno de juego de dimensiones más modestas que el Camp Nou, la presencia adelantada de los laterales resulta vital. El Barça de Luis Enrique no juega con extremos, sino que presenta un ataque con un mediapunta -Messi-, un delantero centro -actualmente Munir y se supone que a partir de octubre Luis Suárez– y un tercer futbolista a caballo de ambos. Si es Neymar se juntará más con Messi, y si es Pedro tratará de potenciarlo alejándose algo más. Aunque bien Alves, bien Montoya, tengan que jugar muy adelantados para abrir a la defensa granota, la poca mordiente arriba de los de Mendilibar y la solvencia mostrada atrás hasta ahora por el Barça con la salvedad del paréntesis europeo, pueden depararnos la versión más liberada de Rakitic como culé. Tiene toque y agilidad en el gesto para relacionarse en la mediapunta sin que la falta de espacios haga mella en su acierto, e intención para sorprender. Frente a un adversario que, visto lo visto, es probable que opte por crecer desde atrás, Rakitic, en el pico del área grande, entre el lateral y Messi, puede ser la solución de Luis Enrique para llenar una frontal en la que Leo se ha sentido algo solo.
