
Los de Luis Enrique, que llegaban sin Iniesta, mandaron su juego a las bandas. Tanto Rakitic como Rafinha -sus interiores ayer- abrieron mucho su posición, los laterales jugaron arriba como viene siendo habitual y los dos acompañantes de Messi buscaron muy poco el carril central fuera del área. El Barça se juntó en un lado y en el otro, y en ambos llegó muy arriba. Pero aunque abusó como pocas veces del cambio de orientación para, de tanto mover al Villarreal, encontrar el hueco por dentro, no supo llevar peligro al área de Asenjo desde otra situación que no fuera el centro desde el costado. Los interiores, como hemos comentado, jugaban especialmente abiertos, y tanto Munir como Pedro, cuando corrían por dentro, buscaban el área. A cada centro de Dani Alves – 8 en el primer tiempo- la zona de remate estaba ocupada, la cual cosa hace pensar que el brasileño no improvisó. El peaje, sin embargo, fue desnudar la frontal y dejar demasiado solo a Leo Messi.
A la izquierda, superpuestos, los mapas de calor de Rakitic, Rafinha, Pedro y Munir. A la derecha, los de Neymar y Xavi.
El desarrollo, eso sí, permitía una transición defensiva bastante controlada. El balón se perdía arriba y en banda, Luis Enrique sobre el once juntaba a sus dos interiores de más trabajo -Rakitic jugó la mayor parte del tiempo por detrás de Alves- y Busquets, en esta ocasión, permanecía más cerca de la jugada. Como explicación a esto último cabe resaltar que el mediocentro apenas participó en salida y su importancia con balón residió en un cambio de orientación en el que tanto él como Piqué, Rakitic o Rafinha se prodigaron. No debería sorprender que para iniciar Sergio no se metiera entre centrales, pues ni tiene un papel relevante ahí a nivel individual, ni el Villarreal tenía intención de poner en problemas a Piqué y Mathieu en esta fase del juego, pero incluso en esas, otras veces había insistido Luis Enrique en el mecanismo. Ayer no.
En la segunda mitad, el entrenador asturiano tomó decisiones encaminadas a activar esa frontal en la que sólo estaba Messi. Pronto entró Neymar, quien debe ser el principal socio del argentino en esta zona del campo a lo largo de la temporada, y en su primera intervención en el partido conectó con Leo, se paró en la frontal y combinó. Como la entrada del brasileño se produjo en el lugar de Munir, y Lucho parece tener claro que para este equipo quiere a alguien moviéndose por delante del 10, el segundo movimiento fue un Sandro, a la postre, decisivamente oportuno. El tercer cambio, a falta de un cuarto de hora y todavía con empate a cero, supuso la entrada de Xavi Hernández, y ésta alteró poco el rol de Rakitic. Si acaso le tocó correr más, y es que para ganar peligro interior el Barça asumió, igualmente, más descontrol tras pérdida. El de Terrassa también buscó la mediapunta, y ahí es donde el Barça encontró a Neymar en el minuto 81 de partido, para que el brasileño le pusiera a Messi el balón que desencadenaría la victoria azulgrana. Socios.
