
El inicio de temporada de Denis, como hemos apuntado antes de pasada y como abordamos de manera más detallada hace un mes, no está siendo fácil. La necesaria adaptación a la Primera División ha hecho mella y su técnico incluso ha llegado a prescindir de él en alguna fecha señalada. Seguramente más generador que lanzador, en este arranque se ha quedado algo corto para llenar el, por otro lado enorme hueco, dejado por Rakitic. Ante el Deportivo, no obstante, y especialmente en la primera mitad, la cosa iría distinta. Con Banega, Vitolo, Deulofeu y Carlos Bacca junto a él en el once, y el equipo convencido de plantarse en las inmediaciones del área de Lux, encontró el contexto que le es más favorable y su juego lo agradeció. Participativo en la asociación y con el gesto final más cerca del compañero, recibió entre líneas con sentido y sus aproximaciones al costado dejaron de ser escondites para convertirse en sociedades con sus socios más abiertos.
Uno de ellos, el que ocupó el perfil derecho, fue Gerard Deulofeu. Poco utilizado hasta ahora, el de Riudarenas disputó 73 minutos -su registro más alto en Liga esta temporada- tiempo en el que sirvió tres de los cuatro goles de su equipo. El primero poniendo el balón en la cabeza del bigoleador M’Bia en un lanzamiento de córner, el segundo con un toque de calidad desde el centro superando por arriba a la zaga deportivista para dejar a Bacca ante el guardameta, y el tercero después de conducir entre rivales, juntarlos a su alrededor y descargar para un Vitolo libre de marca en la frontal. En una ciudad que se enamoró de las bandas y el regate, Gerard tiene el terreno abonado aunque las plazas en el once van caras. Vitolo es fijo y, visto lo visto, capital, mientras Aleix Vidal es distinto y el cambio obligaría a modificar más cosas. Le toca a Gerard convencer a Emery de que vale la pena. Con actuaciones como la del domingo ante el Depor, será más fácil.
