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Un sistema para Adama Traoré

Adama_TraoreDirigir al Barça B en Segunda tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Entre las primeras, las principales son que cuentas con la mayor acumulación de talento individual y capacidad para incorporarlo de toda la categoría. En las malas, los entrenamientos perdidos por las llamadas del primer equipo y por alguna que otra internacionalidad, y la obligación, en este caso compartida a menudo con el resto de entrenadores de la competición, de rehacer cada verano el equipo sin sus piezas más valoradas. La pasada temporada el Barça B era el Barça B de Denis Suárez, que se convirtió en pieza angular desde la banda izquierda tras unas semanas de prueba en las que el gallego visitó también la demarcación de interior. Transcurrido este período más tentativo, el filial levantó su estructura desde las recepciones de su nuevo fichaje en la teórica posición del extremo izquierdo, acercándole a Espinosa que a su vez era mandado arriba por Samper, y el inestimable apoyo de un lateral que por regla general era para Carles Planas.

Ni Denis Suárez, ni Espinosa, ni Planes forman hoy parte de la plantilla de Eusebio. Tampoco Edu Bedia, Sergi Gómez o Masip. Sin las piezas de entonces, a Eusebio le tocó ensamblar un nuevo engranaje y parece que ya ha decidido qué forma tomará. Aunque los resultados hayan sido dispares, la línea de los cuatro últimos encuentros disputados por el filial, es la misma. Si no hay cambio, el técnico vallisoletano ha decidido que el Barça B 2014-15 sea el equipo de Adama Traoré, su futbolista más desequilibrante y difícil de parar en la división de plata. La primera pista de la construcción de un sistema para el extremo derecho de L’Hospitalet, la encontramos en la salida de balón. En el filial azulgrana, con Sergi Samper sobre el césped, la salida Lavolpiana -esto es, la que hace bajar al mediocentro para que inicie entre los centrales- ha sido una seña de identidad. Pocos pivotes que sumen más en el primer pase o que desarrollen con tanto conocimiento su rol en una salida de tres hombres. Sin embargo, ya van cuarto semanas -una sin Sergi y tres con él- que Samper espera el cuero un escalón por delante.

En su defecto, el tercer hombre que se suma a los dos centrales es el lateral derecho. Patric Gabarrón está lejos de la destreza del dorsal 6 del filial para sacar la pelota jugada, y por eso Samper, que no está muy lejos de ese primer pase, si la situación se atasca funciona como auxilio, pero no es la idea principal. La primera ocasión en que Eusebio completó con Patric esa primera línea de tres cuando el Barça B ataca, no estaba Samper, llamado por el primer equipo a causa de unos problemas físicos de Busquets. Fuera casualidad o algo buscado, lo cierto es que el resultado de modificar el mecanismo fue incontestable, y permitió que Adama Traoré marcara diferencias en el filial como nunca hasta ahora. Con la sujeción de Patric, el lateral conseguía atraer a su par en banda y no a un futbolista de carril central como sucede cuando quien se queda es el mediocentro, de modo que la banda derecha culé, dibujaba un escenario inicial de uno contra uno para Adama, en el que el extremo azulgrana es difícil que encuentre marcador capaz de detenerle.

Además, que a Adama se le vacíe la banda, ya sea de rivales o de compañeros, es una buena noticia para un jugador que si tiene espacios por delante gira y profundiza con suma facilidad. En este contexto, progresar hasta alcanzar línea de fondo le es relativamente accesible, sobretodo cuando su carrera transcurre en paralelo a la ralla de banda. Para aprovechar este dominio de Adama del ataque por fuera, la segunda novedad introducida por Eusebio tiene como meta poblar una área a la que será más o menos factible que llegue un centro del extremo. Así pues, tanto hace una semana frente al Sporting de Gijón, como este sábado ante el Betis, hemos visto repetirse el mismo patrón. Cuando el esférico está en poder del Barça B y logra superar el escollo de la primera línea de presión del rival, el lateral izquierdo, en este caso Grimaldo, en lugar de adoptar un comportamiento de banda, cierra su posición hasta actuar como interior izquierdo de facto. La zona no le viene de nuevo, pues de hecho en este inicio de campaña del filial posiblemente ha sido el futbolista que más rendimiento ha ofrecido en la demarcación, y su posición cerrada a la izquierda del mediocentro, permite empujar al teórico interior -en estos dos partidos, Juan Cámara- hacia arriba.

A la izquierda, la posición cerrada de Grimaldo; a la derecha, tres rematadores acompañando, en el área, una jugada de banda de Adama.

Tan arriba que es casi un segunda punta, y ser segunda punta cuando la primera es Dongou, equivale a ser el hombre más adelantado del equipo en muchos momentos. No es el único jugador que el equipo gana en zona de remate, pues también en banda izquierda, en el lado débil del Barça B de Adama, se empieza a introducir la figura del punta abierto, futbolista que parte de banda pero que tiende a la diagonal para terminar dentro del área pequeña. Para ese rol, desde el primer equipo, ya se ha incorporado de nuevo a la disciplina del filial Sandro Ramírez, y cuando lo haga Munir, no sería extraño que uno de los puestos por los que luchara el hispano-marroquí fuera ese. Adama ganando la banda, y Cámara, Dongou y Sandro esperando el centro al corazón del área. No añadimos al tridente de rematadores a Gerard Gumbau aunque quizá sea el interior del equipo con más llegada natural desde segunda línea, porque el rol del de Campllong en este nuevo sistema, no está del todo definido, y en todo caso parece que tendrá más que ver con la contención que con la llegada. La inteligencia futbolística de Gumbau, en el sector de Adama, pude servir también para calibrar cuando el extremo necesita al compañero apoyando próximo o alejado para sujetarle una posible doble marca. Lo vimos en el Benito Villamarín, con el trabajo que el interior derecho culé, hizo sobre la posición del senegalés N’Diaye.

Lejos de ser un doble pivote, la moderación de Gumbau a la hora de incorporarse puede venirle bien a la transición defensiva culé, pues a nadie se le escapa que la dosis de pausa en el juego de Adama es mucho menor a la que tenía Denis Suárez, y que ésta será una de las principales diferencias entre dos equipos jugando a imagen y semejanza de cada uno de los dos jóvenes futbolistas. El Barça B de Adama es más vertical y, por lo tanto, tiene menos tiempo en sus ataques para juntarse, seguramente transitará más y ahí una pierna fuerte cerca de Samper puede ser una ayuda de valor para contemporizar la contra del rival. Eso y el regreso plenamente recuperado de Edgar Ié, imprescindible si al equipo van a atacarle más y vital si el primer escalón de la salida no va a tener a Samper.

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