
Con un porcentaje de acierto que bordea el 50% (en el caso de Messi por arriba y en el de Neymar por abajo), son los dos máximos regateadores de la plantilla. El argentino promedia 4,4 dribblings exitosos por partido, por 2,9 del brasileño. Sin embargo, esta cifra pasa a 6,5 y 6 si se evalúan solamente los encuentros en que ambos, a la vez, han ocupado las bandas en el esquema culé. Especialmente llamativo es el incremento en el caso de Neymar, algo que sin duda tiene que ver con que ahora que Leo se lleva la atención y las ayudas al costado derecho, él disfrute de los espacios que concede un lado débil que en muchas ocasiones le depara un duelo puramente individual contra su par. Es significativo, en este sentido, cómo en la visita al Martínez Valero de Elche donde el Barça hizo un paréntesis en su evolución y jugó con Pedro en la derecha, Neymar pese a anotar dos goles, completó con éxito un sólo regate en noventa minutos de juego. ¿Cómo podrán los rivales parar a dos regateadores tan alejados entre sí, sin un hueso en defensa que enfrentar, al menos, a uno de ellos? Esta semana que ha vuelto la Champions, y en la víspera de que el Málaga de Javi Gracia visite el Camp Nou, es un buen momento para preguntárselo. Seguro que nos propondrán respuestas.
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