
Además, formaba de inicio Joan Román, que maneja una relación entre titularidades y puntos logrados por su equipo de impresión. No es tanto que el de Reus sea en estas un jugador especialmente destacado ni que con alguna acción determinante decida en favor de los suyos el resultado final, sino que con él en posición de extremo izquierdo el Barça B encuentra lo que más le ha faltado esta temporada: una ruta de juego. Más que el jugador, le favorece lo que evoca, ya que su perfil ahí es similar al que la temporada pasada desarrollo Denis Suárez, clave en el funcionamiento del atractivo Barça B que terminaría tercero el curso pasado. Varios escalones por debajo del hoy jugador del Sevilla, la presencia de Roman activa un funcionamiento colectivo que funcionó, que los jugadores conocen y que en ningún momento de la temporada ha encontrado una alternativa que le sustituyera. Todo contribuyó a que la intención inicial de que el balón ganara peso en el discurso azulgrana respecto a los últimos precedentes se pudiera llevar a cabo. De hecho, tras ponerse por delante en el marcador, los de Vinyals no cedieron el control del esférico y replegaron como hacen últimamente, sino que pretendieron defenderse desde la posesión y a distancia de su portería. La defensa seguía sin ser sólida pero el juego la acechaba desde más lejos, y aunque poco a poco el cuadro local logró discutirle los porcentajes a los catalanes, tuvo que ser a balón parado como llegaran sus goles.
