La primera alternativa que puede manejar Luis Enrique para ello pasa por echar mano de la pieza más parecida a Dani que hay en plantilla. Adriano Correia, habitualmente lateral izquierdo, es quien permite seguir haciendo más cosas de las que hace Alves. Técnicamente su nivel es alto, es capaz de sacar el balón por su lado, asociarse con los futbolistas que tiene por delante o de pesar cuando llega a posiciones adelantadas. Con salida interior jugando por cualquiera de los dos perfiles, su menor aportación en amplitud y profundidad casaría con el rol que el lateral derecho ha tenido buena parte de la temporada, cediendo la banda a extremo, interior o delantero centro y tendiendo a una posición más centrada de apoyo al mediocentro. Las características de Adriano encajan, es responsable en las subidas y defensivamente mejora el nivel respecto a los otros laterales suplentes de la plantilla, pero aparte de sus recurrentes problemas físicos que siendo recambio pesan menos en el día a día pero que en el momento en que sea necesario pueden convertirle en dudoso, su handicap es el descenso de rendimiento que ha experimentado en el tramo final de la presente temporada.
Como segunda opción, el Barça tiene la posibilidad de apostar por la calidad en bruto. Sustituir nivel por nivel, tal como sucedía con Guardiola en el banquillo cuando la baja de un titular la cubría otro titular jugando «fuera de sitio». Touré, Mascherano, Sergio Busquets, Iniesta, Adriano o Maxwell fueron algunos de los que se encargaron de subir, bajar o cambiar de banda según el puesto vacante. De la plantilla actual, el candidato más firme para semejante cometido podría ser un Javier Mascherano al que Busquets cierra la puerta del mediocentro y que con Mathieu y quien sabe si Vermaelen puede tener recambios acreditados al lado de Gerard Piqué. Apenas suma minutos en la posición, pero en banda la falta de centímetros debería penalizar menos, a nivel defensivo deja pocas dudas, suma experiencia jugando de zaguero y con balón no debería desentonar. Su pasado en Argentina como interior derecho lo acercaría al rol interiorizado que este año ha tenido el lateral del Barça, sobre todo orientado a ejercer de «segundo mediocentro» en transición defensiva, y en el inicio de la jugada sumaría una muy interesante capacidad en el pase largo de la que podría aprovecharse Neymar en la orilla contraria. La combinación en corto con Messi ya es otro cantar, pero si otro compañero toma el relevo en esa función de pared para Leo, pocos como el Jefecito para cerrar la espalda del 10.
La tercera vía es la de la especialización. Es decir, compensar cierto grado de desconocimiento de la posición con un encaje más preciso entre las cualidades del futbolista y las necesidades del rol encargado. Dependiendo de qué vaya a pedir de él el equipo y de qué construya a su alrededor, a las opciones de Adriano o Mascherano podrían unírsele la alternativa de Marc Bartra.
– Diagne, Edgar Ié y Palencia. Alternativas desde el Barça B:
Edgar Ié y Diawandou Diagne son dos defensores con cierto parecido. Ágiles, rápidos y potentes físicamente, hábiles con el balón en los pies y con un punto de suficiencia que en ocasiones les hace pasar algún mal rato. Ié, que empezó jugando de lateral en Portugal, en el Barça B prácticamente siempre ha sido central. Desde ahí ha protagonizado momentos de forma realmente impactantes, como el tramo final de la pasada campaña o el inicio de la actual. Físicamente marca diferencias, pues tiene piernas, salto, zancada y elasticidad, es perfecto para defender lejos del área y con el cuero es mucho más de lo que a primera vista aparenta. Saca limpio el balón, lee bien el juego y tiene paciencia para esperar a que aparezca la mejor opción en el pase o la conducción. La suficiencia que transmite en ambas direcciones del juego, sin embargo, es también en ocasiones su peor enemiga, y el fútbol del guineano a veces extraña un poco más de sufrimiento y suciedad. Quizá una primera experiencia en la élite jugando en banda, de vuelta a sus orígenes, se lo podría dar o, al menos, protegerle mientras se pule y lo incorpora. No en vano, el descenso del filial plantea con él uno de los casos más dudosos sobre si un año en 2ªB puede servirle a su evolución o sobre si ya está listo para ser testado en escenarios de más dureza.
Diagne, un escalón por debajo de su compañero en físico, fútbol y tranquilidad, además de como lateral y central, esta temporada también ha actuado puntualmente en el mediocentro. Sabe jugar la pelota pero responde a un perfil de lateral más defensivo, cercano en ocasiones a la figura del tercer central que cierra bien la banda, cubre el segundo palo, suma por dentro y es escudero del extremo de su mismo lado. Su irregular rendimiento y el devenir del Barça B, sin embargo, terminaron provocando que Jordi Vinyals lo mandara al banquillo y le entregara su plaza en el lado derecho de la defensa al badalonés Sergi Palencia. El impacto del juvenil, sin lugar a dudas, fue positivo, cumplió, rindió y presentó firme candidatura como propietario del puesto esta próxima temporada en el filial. Para especular con más es pronto, pues el futbolista está en plena etapa de formación, en el penúltimo paso, pero si finalmente Montoya y Douglas salen y hasta enero Dani Alves tuviera que ausentarse en algún momento, en según qué contexto podría ayudar.
El lateral izquierdo:
Pese a ser una de las piezas individualmente mejorables del once titular culé, lo cierto es que Jordi Alba tiene en el equipo tricampeón un encaje casi perfecto. Sobre todo en ataque, que es la fase en que más tiempo vive el cuadro de Luis Enrique, es un lateral especialmente indicado para los dos hombres de banda de la delantera. Para Neymar es el futbolista que le libera de fijar la amplitud por banda y le permite desengancharse para aparecer por dentro. Además, picando al espacio, reta al lateral de turno, pudiendo conceder así un segundo de más al brasileño para escabullirse con la pelota. Resumiendo, mientras la tendencia del delantero es con balón y hacia el carril central, la de su socio en el lateral es por fuera y al espacio. Esta profundidad de Jordi Alba entrando desde atrás al espacio en velocidad, es también perfecta para el pase diagonal de Messi desde la derecha, del que el catalán y Neymar son los dos principales destinatarios. Cierto que una vez con el esférico en su poder la toma de decisiones en el toque final es muy mojorable, o que su supervivencia defensiva en contextos de sufrimiento no queda ni mucho menos asegurada, pero el resultado de la balanza parece claramente caer de su lado. Habría que ver si un lateral menos optimizado por el conjunto pero con otros argumentos a su favor compensaría en el mismo grado.
No ha sido el caso de Adriano Correia, experto competidor pero que ha juntado, sobre todo durante los últimos meses de competición, una compatibilidad realmente conflictiva con los roles de la banda izquierda del Barça, con un descenso notable de su rendimiento. Lo primero, ha provocado que hoy en día parezca encajar más en la derecha que en la izquierda teniendo en cuenta las funciones de los laterales del Barça en cada perfil, y lo segundo le ha robado el protagonismo en escenarios de exigencia que en un momento de la temporada llegó a tener como relevo en los segundos tiempos. Sea porque el club opte por una nueva apuesta en el recambio de Jordi Alba o porque vea a Adriano también como candidato en la derecha, en los laterales del primer equipo puede quedar una vacante para la que alguien desde el filial ha hecho méritos.
– Alejandro Grimaldo:
Titular indiscutible en el Barça B esta temporada, Alejando Grimaldo ha dado un evidente paso al frente en el filial, primero a las ordenes de Eusebio y después de Jordi Vinyals. Sin rastro ya de las lesiones que por castigo tuvo antaño, el lateral ha sido uno de los líderes de un equipo que nunca ha encontrado una línea de juego. Su jerarquía, calidad técnica -es uno de los especialistas del B a balón parado- y sentido, le han llevado incluso a paliar la ausencia de interiores en la plantilla ocupando él mismo una de las plazas de la medular. No es usual dar con un lateral de su implicación en el juego, versatilidad para alternar el apoyo interior y el desborde por fuera, el balón al pie y el espacio. Explicación de que en ausencia de Samper o cuando el Barça B ha querido asegurar la salida el costado izquierdo haya sido el fuerte, si es requerido Grimaldo acompaña la jugada por todo el largo del campo. Inicia, combina en la divisoria, llega arriba y tiene recursos con el balón para generar ventajas desde parado o en movimiento. Sabe elegir la opción correcta sin que la ansiedad le pueda, con la cabeza levantada para descubrir la mejor manera de continuar la acción. Piensa y piensa bien.
Veloz, potente, menudo y muy rápido en la reacción, en defensa recupera su posición con obediencia, es intenso en la marca y combativo en el cuerpo a cuerpo. En las inmediaciones de su propia área tiene todavía margen de mejora, pero tanto su comportamiento táctico como su actitud técnica hacen de él un lateral solvente en estas zonas del campo. Le podrán superar, pero su posición no la regala. De hecho, no son pocas las veces que este año su equipo le ha condenado al aclarado, y aunque ahí no es un argumento de primer orden por el momento, vende cara la ventaja a su oponente. Siempre quemando etapas, uno se lo imagina combinando o abriendo la banda en el costado de Neymar en este Barça que progresa por fuera, o buscando el envío diagonal de Leo Messi para poner el balón en el punto de penalti o al segundo palo con un toque limpio y preciso tras mapear de un vistazo la situación de sus compañeros. Y todo ello sin que el equipo tenga que preocuparse de él más de lo debido. El techo, para este completo lateral izquierdo, es alto, y quizá precisamente por tener a Alba y Adriano como red de seguridad, sea ahora el momento de intentarlo.
