
Puesto que las características de esta última se relacionan más con la llegada y la profundidad que con el apoyo y la contención posicional, lo que con Olga se empezaba a cocinar fuera, no terminaba irradiando al conjunto, y piezas capitales como Alexia o Jennifer Hermoso tenían dificultades para intervenir con continuidad. Entonces, tras el gol de Charlyn Corral, las extremos del Barça cambiaron de lado y el mecanismo culé empezó a girar con suavidad. El sistema, en primera instancia, se agarró a Alexia como pieza de origen, cuando la de Mollet del Vallès recibía en banda izquierda y en lugar de continuar en paralelo a la línea de banda buscaba por dentro a Jennifer. Ese momento de pausa, además de activar a la goleadora, liberaba a Melanie, que así olvidaba las ataduras y podía explotar su recorrido, al tiempo que en la orilla contraria la sujeción abierta de Olga García ahora sí encontraba una aliada en Gemma Gil para tocar hacia atrás después de profundizar para que el balón ordenara los ataques en campo rival. Reparado el problema táctico, mantenido el balón y el dominio territorial, desde entonces y hasta el final hizo fuerte acto de presencia el mayor nivel individual de las locales. Apoyadas en una inspiradísima Jennifer Hermoso que marcaba diferencias desde la libertad que le proporciona la posición de falso nueve que antaño fue de Sonia Bermúdez, dieron la vuelta al marcador hasta dejar en anécdota el susto inicial.

