Si contra el Valencia estrenó titularidad como segundo punta, este fin de semana Halilovic jugó en Riazor pegado a banda derecha. Tanto la una como la otra son dos demarcaciones que al joven croata le benefician más y le facilitan más su fútbol que la plaza de interior que le tocó defender el curso pasado, y como su nuevo equipo es un conjunto algo falto de inventiva arriba y con mucho trabajo detrás, el rol que le ha otorgado Abelardo parece hacerle bien a todos. Contra los ches dejó las gotas más diferentes cuando de inicio el Sporting más inclinó el campo, y el domingo ante el Deportivo participó decisivamente en dos de los tres goles de su equipo. En uno salvó el fuera de banda yendo al suelo sobre la raya, movió al lateral y tocó de espuela para que Lora centrara al área, y en el otro condujo la contra por dentro, se dio tiempo con el balón en los pies atrayendo atenciones y descargó a un Menéndez que entraba solo. Junto al bigoleador Sanabria, Alen fue el punto de calidad diferencial que necesita el Sporting para intimidar en ataque sin descubrirse atrás -aunque el encuentro de Riazor no fuera el mejor ejemplo de la seguridad defensiva rojiblanca-, a pierna cambiada, con la cabeza erguida y con gestos técnicos que nadie más en la plantilla alcanza.
Su intermitente pero productiva actuación, no por digna de mención y alabanza es inesperada, pues con eso, más que menos, todos contaban cuando se cerró la cesión. Halilovic es diferente y lo normal era que en Gijón lo siguiera siendo. La duda, por lo tanto, quedaba enmarcada, sobre todo, en los momentos en que tuviera que ser igual. El de Abelardo es un equipo que no regatea el esfuerzo, solidario en la entrega y sacrificado durante los largos minutos en que el dominio de la posesión es de los rivales. En estas, se comprendía la posición de Halilovic acompañando al punta pero quedaba por comprobar su contribución defensiva abierto a banda. En este sentido, El Pitu seguramente quedó más que contento de los 67 minutos que su joven futbolista aguantó en el campo, en los que, ayudado por tener en frente a un lateral más defensivo que ofensivo como es Fernando Navarro, mantuvo una actitud muy positiva con el trabajo de contención. Un desgaste que, acumulado, recomendó su sustitución cuando el Depor introdujo a Luisinho al campo pata ganar profundidad por su sector, pero del que Abelardo y Luis Enrique desde la distancia habrán tomado nota.
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