
Gol que llega con Messi y Neymar, a la vez, por dentro y en mediocampo. Algo se está intentando en este sentido.
— EUMD | Albert Morén (@eumd) noviembre 24, 2015
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Por un lado, la conexión entre los tres cracks por dentro y la que se ha establecido también con sus acompañantes, pudo con un planteamiento romano que lo que buscaba justamente era limitar espacios en esa zona, apretando la línea de medios con la de defensores aunque, debido a la altura a la que se situaba la segunda, esto supusiera dejar espacios a su espalda. Por el otro, el flojísimo partido de Maicon en el lateral derecho, no solo brindó alguna ayuda sino que, y sobre todo, impidió comprobar si se trabajará algún tipo de compensación -y cómo será- en banda izquierda tal y como sucede en el costado de Messi. Fue reaparecer el 10 y volver a cobrar sentido Rakitic, que había andado algo perdido en su ausencia pero que retomando sus funciones en relación a Leo reencontró su sitio. Atacando el espacio por delante de La Pulga y abriéndose a banda para mantener sujeto al lateral contrario cuando Messi se aproximaba al puesto de interior, el croata agradeció el retorno de un plan conocido. En la otra orilla, sin embargo, no hacía falta que Sergi Roberto o Jordi Alba realizasen acciones de parecida finalidad, pues Maicon no requirió ningún trabajo específico para seguir sujeto aun cuando Neymar abandonaba constantemente su posición de banda.
Cuando el 11 del Barça se acercaba a la medular, Maicon lo liberaba y terminaba formando un doble lateral derecho sin demasiado sentido con Florenzi, ya que el italiano se encargaba de bajar acompañando las carreras de Jordi Alba. Cierto que al inicio Suárez se multiplicó para ofrecer apoyos a banda y banda, pero pronto se daría cuanta también el uruguayo que podía dejar de atender esa parcela sin temor a que terminara penalizando. Sí pueden extrapolarse más, quizá, las lecturas tras el 2-0, pues a partir de entonces Neymar recobró un papel más exterior, aparentemente más parecido al que se le conocía en el Camp Nou antes de la lesión de Messi, pero con la novedad de que la distinción entre perfil fuerte y perfil débil del ataque estuvo mucho menos marcada. Ambas orillas se repartieron el juego de manera prácticamente exacta, lo cual no repercute únicamente en el tiempo de balón que absorbe cada sector sino también en la forma cómo lo hace y, por lo tanto, a los roles que asumen los futbolistas que los ocupan.
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