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Primer intento con Messi y Neymar

Messi y Neymar celebrando un gol con la camiseta del Barça.

Messi y Neymar celebrando un gol con la camiseta del Barça. Se encontraron un Barça incontestable y una Roma sin respuesta. En el regreso al once de Leo Messi y con el pase a octavos a tocar, el gran aliciente de la noche residía en detectar algún gesto de Luis Enrique y del equipo sobre la cuestión que a medida que la vuelta del argentino se acercaba ha sobrevolado el día a día de los azulgranas. ¿Qué quedaría del Neymar más protagonista, más global, en el Barça de Leo Messi? Cabía la posibilidad de que todo volviera a ser como antes y el brasileño adoptara de nuevo su rol concreto de finalizador letal, pero tras estos dos meses de explosión futbolística de Ney, renunciar a la mezcla sin ni siquiera intentarlo habría sido una pena. Así lo debió entender también el técnico asturiano del Barça, ya que de inicio no hubo cadenas para que los dos delanteros teóricamente de banda se relacionaran por dentro. Entre ellos y con el resto de compañeros, de tal modo que ambas plenitudes se acompasaran. El gol que abriría la goleada, de hecho, nace con ambos en situación muy próxima a la media y ocupando el carril central, una instantánea no muy diferente a la que originaría el virtuoso segundo tanto local.

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Por un lado, la conexión entre los tres cracks por dentro y la que se ha establecido también con sus acompañantes, pudo con un planteamiento romano que lo que buscaba justamente era limitar espacios en esa zona, apretando la línea de medios con la de defensores aunque, debido a la altura a la que se situaba la segunda, esto supusiera dejar espacios a su espalda. Por el otro, el flojísimo partido de Maicon en el lateral derecho, no solo brindó alguna ayuda sino que, y sobre todo, impidió comprobar si se trabajará algún tipo de compensación -y cómo será- en banda izquierda tal y como sucede en el costado de Messi. Fue reaparecer el 10 y volver a cobrar sentido Rakitic, que había andado algo perdido en su ausencia pero que retomando sus funciones en relación a Leo reencontró su sitio. Atacando el espacio por delante de La Pulga y abriéndose a banda para mantener sujeto al lateral contrario cuando Messi se aproximaba al puesto de interior, el croata agradeció el retorno de un plan conocido. En la otra orilla, sin embargo, no hacía falta que Sergi Roberto o Jordi Alba realizasen acciones de parecida finalidad, pues Maicon no requirió ningún trabajo específico para seguir sujeto aun cuando Neymar abandonaba constantemente su posición de banda.

La posición de Neymar y Messi en el origen de los dos primeros goles.

Cuando el 11 del Barça se acercaba a la medular, Maicon lo liberaba y terminaba formando un doble lateral derecho sin demasiado sentido con Florenzi, ya que el italiano se encargaba de bajar acompañando las carreras de Jordi Alba. Cierto que al inicio Suárez se multiplicó para ofrecer apoyos a banda y banda, pero pronto se daría cuanta también el uruguayo que podía dejar de atender esa parcela sin temor a que terminara penalizando. Sí pueden extrapolarse más, quizá, las lecturas tras el 2-0, pues a partir de entonces Neymar recobró un papel más exterior, aparentemente más parecido al que se le conocía en el Camp Nou antes de la lesión de Messi, pero con la novedad de que la distinción entre perfil fuerte y perfil débil del ataque estuvo mucho menos marcada. Ambas orillas se repartieron el juego de manera prácticamente exacta, lo cual no repercute únicamente en el tiempo de balón que absorbe cada sector sino también en la forma cómo lo hace y, por lo tanto, a los roles que asumen los futbolistas que los ocupan.

Distribución del juego del Barça por carriles. (vía squawka.com)

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