Icono del sitio En un momento dado

Un delantero para Navidades (1/2)

El mercado de invierno guarda casi siempre cierto grado de provisionalidad. La demanda es muy concreta y normalmente de carácter accidental, mientras que la oferta, reducida, deja mucho menos margen de maniobra que en junio. Así pues, en lo que respecta a los equipos grandes las operaciones navideñas muchas veces suelen actualizarse terminada la temporada. Son operaciones pensadas, o para el muy largo plazo o para solventar una situación inesperada de forma temporal. Como con muchas cosas esta temporada en el Barça, la sanción FIFA incorpora matices a este proceso, pues la plantilla culé no pudo cerrarse como las demás a 31 de agosto. Repasando, Luis Enrique perdió a Montoya, Xavi y Pedro e incorporó a Aleix Vidal y Arda Turan. Con Sergi Roberto como redescubierto lateral, las tres ausencias parecerían cubiertas, pero la lesión de larga duración de Rafinha hiere la composición del equipo por tratarse de un futbolista cuya baja afecta a dos líneas. Al mismo tiempo, la pérdida del brasileño elimina una de las alternativas en ataque y sujeta a Arda en mediocampo más que si el 12 culé estuviese sano. Paralelamente, el inicio de temporada ha puesto sobre el tapete dos nuevas cuestiones: la excepcionalidad del curso pasado en lo que respecta a la ausencia de lesiones, y el valor de Sandro y Munir como recambios de la MSN. Por todo esto, parece que el Barça estaría interesado en acudir al mercado esta Navidad para acometer un último movimiento que completara la plantilla en su línea de ataque.

No es fácil caer de pie en la delantera del Barça. Ésta se organiza principalmente a través del talento puro de sus tres habituales integrantes -Messi, Neymar y Luis Suárez- a los que Luis Enrique ha descargado de ataduras tácticas o responsabilidades con terceros para que se relacionen entre ellos con absoluta libertad. No hay pistas ni ayudas desde la pizarra pues en el ataque culé ésta se retira para no poner impedimento a la capacidad de desequilibrio de los tres hombres más importantes de equipo. Quien se suma a ellos, por lo tanto, no puede agarrarse más que a su calidad, lo que ha aumentado, a menudo, la brecha entre titulares y suplentes (en este sentido resulta reveladora la mejoría de Munir durante las últimas semanas a raíz de que su rol se haya delimitado). Solo Neymar es Neymar, solo Suárez es Suárez y solo Messi es Messi. No es cierto, sin embargo, que la interacción de los tres cracks no haya reproducido pautas y generado roles en el ataque del Barça. Así pues, cuando coinciden los tres, la chispa se enciende en banda derecha con el extremo a pie cambiado, o merced a la capacidad de desborde tanto de Messi como de Neymar en posición abierta. El brasileño, eso sí, principalmente y con Leo en el once, ha sido el encargado de recibir el envío diagonal del diez entrando al espacio desde el lado débil del ataque, el que concentra menos atenciones y rivales. Finalmente está el 9, uno móvil, con caídas a banda y banda, capacidad para dejarle despejado a sus socios el camino de entrada al área y olfato en el área. Además, y aunque al principio de esta temporada se ha usado menos que al final de la anterior, Luis Enrique también maneja como plan B la alternativa del 4-2-3-1 que le permite desplazar hacia el centro la posición de partida de Messi. En resumen, son cinco las funciones concretas que el sistema de juego del Barça demanda en su línea de ataque: creador a pierna cambiada en la derecha, finalizador al espacio desde la izquierda, regateador en banda, nueve y solución exterior en la derecha.

Artículo relacionado: Archivo L.E.

 

Salir de la versión móvil