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¿Más delanteros para defenderse mejor?

Luis-EnriqueRecientemente Luis Enrique reconocía que no debería extrañar si, durante la segunda mitad de la temporada, vuelve a hacer acto de presencia el dibujo 4-2-3-1 que utilizó ante el Espanyol en Copa. Esta alternativa forma de organizar sus piezas ha sido poco empleada en lo que llevamos de curso, y la vuelta en Cornellà junto al enfrentamiento de Liga contra el Levante en el Camp Nou son los únicos precedentes en que se ha aplicado de inicio. Con el partido en marcha tampoco son muchas las veces que ha echado mano de ello el técnico asturiano, pero también es verdad que la temporada anterior, cuando el 4-2-3-1 definitivamente se consolidó como la alternativa al 4-3-3 más habitual, fue precisamente en la parte final del campeonato y cuando la Champions League regresó en forma de eliminatorias. Entonces con Pedro Rodríguez como el cuarto delantero que situándose en banda derecha permitía colocar a Messi entre el mediocampo y el punta, su ausencia probablemente sea uno de los motivos que ayuden a explicar las causas de su olvido y el porqué de las posibilidades renovadas de que vuelva a usarse ahora.

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Por un lado, constatar que en las dos ocasiones en que se ha planteado desde el primer minuto de encuentro, siempre fue Rakitic quien acompañó al mediocentro, posiblemente porque a nivel defensivo y de recorrido el croata ofrezca más garantías a su entrenador a la hora de vaciar el mediocampo extrayendo una pieza. Pero la presente es también la temporada de la recuperación de un Andrés Iniesta pletórico, dominante y con un peso muy importante tanto en los mecanismos como en la evolución del equipo. Pensar en un Barça con un resultado que competir y que renuncie a tener al manchego sobre el campo sin mediar causa de fuerza mayor, se hace muy complicado. En segundo lugar, aún habiendo trabajado con Munir la alternativa, el bagaje que tenía el canario no lo tiene el canterano, por lo que la distancia entre el sacrificio y la ganancia ha tendido a hacerse más grande. Ahora, no obstante, sumándose precisamente a los meses que finalmente decidirán títulos, Arda Turan y Aleix Vidal se han convertido en dos claras soluciones que permitirían a Luis Enrique volver a incorporar la carta del 4-2-3-1 entre las posibilidades que le ofrece su baraja.

Los dos ya han ocupado las bandas del ataque tanto antes de aterrizar en el Barça como desde que forman parte del club catalán, por ejemplo en los dos últimos encuentros coperos de los azulgranas. En la ida en San Mamés, ausente Messi, el extremo derecho fue para Turan, y cuando en el segundo tiempo Luis Enrique quiso aumentar la amenaza al espacio como castigo para un Athletic a tumba abierta, en su lugar entró Vidal. Más claro resultó incluso lo de Cornellà, con marcador favorable de la ida, 4-2-3-1 de partida y las dos caras nuevas de este 2016 ubicados en las alas. Fue entonces cuando el técnico afirmó que el sistema podía repetirse, y cuando especificó que lo que con él pretende es tener más arropado a Messi y mejorar la transición ataque-defensa del equipo, pudiendo estructurar de forma más estable a las dos líneas de cuatro en repliegue y afinar el retorno defensivo de los atacantes de banda. Una fórmula que juntando a más delanteros hace sentirse al míster más protegido atrás.

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