Al Barça no le faltan delanteros. Si uno atiende al número de piezas de que dispone Luis Enrique para los tres puestos de vanguardia, reparará en que junto a su esplendorosa tripleta posee dos suplentes más o menos directos y un ramillete de opciones que, de forma puntual, también pueden convertirse en solución. Sucede que las plantillas no se configuran solamente pensando en que siempre estarán al completo y en perfectas condiciones, y en este sentido la por otro lado maravillosa coincidencia de Messi, Neymar y Luis Suárez en un mismo equipo, supone todo un reto para la secretaría técnica. La composición de la delantera debe poder funcionar en dos circunstancias tan distintas que lo cambian todo: Cuando la MSN esté disponible y también cuando falte alguno de sus tres integrantes. A su favor -entre comillas- juega que esto último ha sucedido en más ocasiones de lo que parece, y es en esos momentos en los que se ha observado con más claridad el salto que existe entre los delanteros titulares y los suplentes. Que esto pueda suceder y acusarse en los días más señalados, es algo que este verano debería intentarse evitar. No se trata, pues, de fijarse como objetivo un futbolista al que pueda negársele el protagonismo, porque eso casi de forma inevitable irá de la mano de un nivel individual más modesto que le permita aceptarlo y, se insiste, el problema no es el número de efectivos de que se dispone.
La solución más efectiva, quizá la única, para dar cobijo en el equipo a un cuarto delantero que suba el nivel de los reservas y pueda ser un recambio de más garantías para la MSN, pasa por un futbolista al que se le puedan dar minutos en varias de las posiciones del once para que su suma sea consecuente con la calidad que se pretende. En este sentido, habrá que tener en cuenta el poco apego que hasta la fecha ha mostrado Luis Enrique por la utilización de centrocampistas en los puestos de ataque -una alternativa que sí puede ofrecer la actual plantilla-, y reparar en los distintos perfiles y funciones que otorga el sistema del Barça a sus delanteros con tal de que la nueva contratación encaje en buena parte de ellos. El escenario de libertad en el que se mueven los tres atacantes blaugranas, lo mucho que regatean ambos extremos, la movilidad de Luis Suárez en el centro del ataque, la profundidad que desde la punta izquierda ofrecen los desmarques al espacio de Neymar o las distintas alternativas que alumbren un plan B que desde el banquillo pueda juntar en el once a cuatro delanteros para, así, dar respuesta a situaciones concretas del juego, son algunas de las que deberán ser cotejadas con los perfiles distintos candidatos.
· Artículo relacionado: Un delantero para Navidades (1/2)

