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Samper emparedado

sergi-samper--en-un-encuentro-del-barcelona-b--fcbarcelonaMás cómodo con la plantilla actual que con la que arrancó el curso, la satisfacción con la que a buen seguro Gerard López evalúa su desarrollo actual en el banquillo del Barça B, muy probablemente tenga que ver tanto con la buena línea de resultados que acerca al filial a los puestos de playoff, como con que sus ideas, ahora sí, las está logrando ver sobre el terreno de juego. El pasado fin de semana ante el Villarreal B, igual que hace dos sábados contra el filial del Levante, el técnico catalán decidió que saltara al césped del Miniestadi un once con sólo dos defensas naturales. En el centro de la zaga, junto a un Gumabu últimamente asentado en esta nueva ubicación, volvió a formar Fali, uno de los refuerzos de invierno y al que fuera de casa se ha venido utilizando en mediocampo. La medida está vinculada a la agresividad que ha recuperado el Barça B tanto en sus fases de ataque como en las de defensa, y deriva en que el escenario ideal pretendido es uno en el que la responsabilidad sin balón de ambos centrales está siendo impulsada hacia adelante. El filial azulgrana, desde enero, ha iniciado los encuentros con vocación de aplastamiento, cerrando a sus delanteros y empujando por fuera con ambos laterales. Se busca, de esta forma, que el rival se estruje en su área o cerca de ella y que cualquier intento de salida tenga este contexto desfavorable como punto de partida. A los atacantes contrarios, normalmente solitarios, llegan balones de manera esencialmente directa y sobre los que tanto Fali como Gumbau pueden anticipar sin cargar sobre sus hombros con un riesgo desmedido en caso de error.

Uno por piernas y el otro por bravura, eso lo están haciendo bien. El ímpetu anticipador de la pareja de centrales del Barça B en los momentos en que el filial más domina el discurso del juego, tiene relación también con la necesidad de arropar a Sergi Samper de cara a una subsiguiente transición ataque-defensa. No sólo por las características del elegante mediocentro -y no principalmente por ello-, sino porque la propuesta de avalancha arriba descrita a través de las funciones de laterales y puntas, la secundan también ambos interiores sumando recorrido y apariciones desde la segunda línea. Jugando en casa, Xemi y Kaptoum se están despegando mucho del pivote para acercarse a Romera y compañía. Siendo la colocación de Samper más fija y posicional, las cuatro piezas que lo rodean, por lo tanto, se alternan a sus flancos moviéndose arriba y abajo como si formaran un cuadrado de estructura fija en el que el movimiento de los dos vértices superiores arrastrara a los dos inferiores y viceversa. Fuera de casa, y en aquellos tramos en que como local -ya en los segundos tiempos- con marcador favorable a los culés el rival toca a rebato, la intervención de Gerard suele consistir en la suma de un medio de mayor contención, ya sea adelantando una línea a Fali o dando entrada a Juan Antonio Ros desde el banco. El inicial, no en vano, se trata de un mecanismo de desgaste y exposición que, sin embargo, en el Miniestadi está dando resultado.

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