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Cillessen en la portería de Ter Stegen

AMSTERDAM, NETHERLANDS - AUGUST 16: Goalkeeper Jasper Cillessen of Ajax in action during the UEFA Champions League Play-off 1st Leg match between Ajax and Rostov at Amsterdam Arena on August 16, 2016 in Amsterdam, Netherlands. (Photo by Christopher Lee/Getty Images)

Esta temporada el Barça no sólo va a cambiar a uno de sus tres guardametas sino también la fórmula a la hora de utilizarlos. Después de dos años de alternancia durante los cuales un portero -Claudio Bravo- fue el titular en Liga y otro -Ter Stegen- lo fue en Champions League y Copa del Rey, con la salida del chileno, consecuencia de la previsible apuesta del club y el cuerpo técnico en favor de Marc-André, todo parece indicar que se retornará a un reparto más corriente en el que el alemán, en calidad de primer portero, parta como el encargado de defender la meta culé al menos en las dos competiciones más importantes de cuantas dispute el equipo. La bicefalia bajo palos dejará paso al nuevo reinado de Ter Stegen, que ahora cargará en solitario sobre sus espaldas el legado de Víctor Valdés que hasta ahora se había repartido con Bravo. Siendo distinta la estrategia respecto al primer guardameta, también el lugar e importancia en la plantilla del teórico reserva se verá alterado, pues éste pasará de segundo titular y por ello claro aspirante al once, a suplente habitual.

Junto a la salida de Bravo rumbo a Manchester, el encargado de escenificar el cambio, de definirse a partir del nuevo estatus de Ter Stegen, finalmente será el cancerbero holandés Jasper Cillessen, un meta cuya incorporación responde a aspiraciones menos ambiciosas que las que tuvieron las de Claudio y Marc-André y del que, por ello, cabe esperar logros menos asombrosos y una aportación más austera.

Compartidos con los dos guardametas con peso hasta ahora en el proyecto de Luis Enrique, sus grandes avales para lograr que aún así ésta sea meritoria, tienen que ver, sobre todo, con su adecuación casi ontológica a la idea de juego del Barça y al papel que en ella desempeña el guardameta. Portero de escuela holandesa y particularmente moldeado en el modelo del Ajax durante las últimas seis temporadas, así pues, tácticamente es un meta que convive con naturalidad con escenarios similares a los que puede depararle un fútbol culé que, con sus matices de forma y fondo, tradicionalmente bebe de las mismas fuentes. Gestiona los metros que lo separan de su adelantada línea defensiva, es atento a la salida, resuelto en el mano a mano con el delantero gracias a que su envergadura y prontitud abandonando la línea de gol le permiten tapar mucha portería, y, claro está, muy participativo con el esférico en los pies. Diestro aunque también se maneje con la zurda, y capaz de servir limpia la pelota tanto al primer como al segundo o incluso tercer escalón, el holandés fácilmente se convierte en un argumento a sumar a la hora de iniciar el juego o en un apoyo por detrás del balón en el que descargar ante presiones agresivas.

«Cillessen parte con una ventaja notable y es que en el Ajax, los porteros juegan igual que en el Barça, están acostumbrados a ser prácticamente líberos, a tener que cubrir mucho espacio, a tener a su defensa adelantada. Todo eso no le va a sorprender.» Van der Sar a Mundo Deportivo

A medida que su zona de influencia retrocede, en cambio, las garantías de Cillessen van disminuyendo progresivamente hasta llegar a la línea de gol sobre la que vuelve a presentar credenciales. Pese a su altura, envergadura y familiaridad jugando varios metros por delante de la raya, su domino del área es escaso, tanto en general como particularmente en el juego aéreo. Hasta la fecha no se ha mostrado como el tipo de guardameta que en su zona imponga su propia ley. Tampoco parando, donde ya sea a la hora de blocar, como de despejar o, simplemente, detener el disparo del delantero rival, acusa alguna limitación ya sea técnica como física. En cuanto a lo primero, su colocación de las manos en la atajada ni suele permitirle un bloqueo cómodo ni una orientación del despeje que minimice las posibilidades de una segunda opción de riesgo. El peligro no acostumbra a disiparse de buenas a primeras tras su intervención. En cuanto al apartado físico, Jasper es un guardameta de cuerpo y altura, por lo que la poca explosividad de su tren inferior lo dibujan como un meta, en ocasiones, demasiado pesado, algo que unido a una colocación bajo palos mejorable le dificulta llegar a las cuatro esquinas con la suficiencia que la longitud de sus extremidades harían prever.

Sí atesora experiencia en escenarios de presión y una personalidad forjada en ellos, con claroscuros pero aparentemente testada. Un bagaje que probablemente haya sido su principal carta para pasar por delante de otros candidatos más inexpertos, o incluso de los que ofrecía la propia plantilla azulgrana, a la hora de que la dirección deportiva y el cuerpo técnico se decantaran por él como segundo portero. Porque el primero, y con el fichaje de Cillessen queda claro, va a ser Ter Stegen.

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– Foto: Christopher Lee/Getty Images

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