
Pareja en ataque y en defensa
A diferencia de la temporada pasada cuando consiguió el ascenso, este curso el Barça B de Gerard López no ha logrado, de momento, alcanzar una línea de juego estable con la que sacar adelante sus partidos. Dada su ausencia, en su lugar, la forma sobre la que se ha apoyado para sumar puntos y competir ante los rivales que semana a semana le presenta la categoría de plata, han sido las ventajas concretas que ha podido extraer de la calidad que atesora su plantilla. A veces ha sido la capacidad resolutiva en los últimos metros de Carles Aleñá o Jose Arnaiz, otras el temple que ha sido capaz de aportar Galarreta en la zona media o la reciente sobriedad con la que Rivera ha vestido su desembarco en el filial, y en otras ocasiones la inspiración puntual de piezas como Marc Cardona, Abel Ruiz, Carles Pérez o Nahuel Leiva. Lo que todavía no había sucedido hasta ahora, era que el filial se agarrara a su pareja de centrales como lanza y escudo, por bien que alguno de sus ocupantes viniera ofreciendo buenas prestaciones en la zaga.
El pasado viernes, sin embargo, en Oviedo el Barça B descansó sobre la estimulante pareja que conforman David Costas y Jorge Cuenca, para arañar un punto de su visita al campo del quinto clasificado. El dúo que dibujan el vigués y el madrileño donde más había dicho hasta ahora era dando salida limpia al juego desde atrás. Diestro y zurdo respectivamente, los dos manejan buenos conceptos de construcción, y una personalidad que no rehuye el peso de buscar las primeras ventajas. No obstante, habían tenido algunos problemas más para fortificar sin balón su zona. El B sufre en defensa por los laterales, porque a éstos no siempre les llegan las ayudas y porque ni Palencia ni Cucurella están logrando imponerse en los duelos individuales con la suficiencia que la tranquilidad del filial necesitaría, de modo que a lo largo del curso los rivales no han tenido especialmente vallado el acceso al área culé.
Tampoco lo tuvo el Oviedo, con el añadido de que en esta ocasión, ninguna de las piezas ofensivas del conjunto azulgrana encontró la forma de pausar el ataque cerca de la portería de Alfonso Herrero. Ni Nahuel, ni Cardona ni Carles Pérez desde las posiciones más adelantadas, ni Aleñá y Rivera desde los interiores, pudieron templar el juego para que todo el bloque de trasladara hacia arriba. La defensa estuvo expuesta, y lo estuvo en las zonas del campo donde menos preparada está para sobrevivir. Costas y Cuenca lo hicieron posible, parapetados por detrás de un Martin Hongla que no fue capaz de alterar el guión del partido pero que en él desempeñó un papel valioso enfocado a la contención. Atentos al cruce, bien posicionados y puntuales en el juego aéreo, los centrales del Barça B no hincaron la rodilla ante Toché, Aaron, Fabbrini y compañía. En esta ocasión fueron sus hombros los que sostuvieron al equipo de Gerard López. Los que le acercaron a los puntos. Los que le permitieron competir.
– Foto: http://www.laliga.es