Hace dos veranos el FC Barcelona tomó la decisión de entregar definitivamente su portería a Marc-André ter Stegen. Con la salida de Claudio Bravo y la llegada de Cillessen, lo que hasta entonces había sido una competencia directa entre dos titulares, cambiaría a una estructura más tradicional con un titular indiscutible y un reserva claro. El portero del Barça era el alemán, quedando para Jasper un papel de recambio que el ex del Ajax ha ejecutado de forma perfecta. Campeón de la pasada Copa del Rey y, al menos, finalista de la actual, cuando ha hecho falta ha respondido, demostrando en cada oportunidad su solvencia bajo palos de una de las porterías más complicadas de Europa. Tanto es así, que no sería extraño que este verano le llegara al holandés la posibilidad de enrolarse en un club con aspiraciones que le tenga reservado el puesto que Ter Stegen tiene en propiedad en Barcelona. Después de dos temporadas a la sombra del germano, cabe contemplar la posibilidad de que Cillessen vea con buenas ojos esta puerta abierta.
Aunque la salida del holandés no pueda verse de otra forma que como una mala noticia, pues rompería un equilibrio bajo palos que ha conjugado tanto la convivencia de los dos guardametas como la seguridad de la portería culé, en caso de producirse esta situación la secretaría técnica deberá valorar hasta qué punto puede perjudicarle en el futuro el hecho de dificultarle a Cillessen una salida ventajosa para el jugador. Teniendo en cuenta lo rotundo de las virtudes de Ter Stegen, su peso específico en el equipo y la juventud que atesora, lo normal es que el club ambicione que el alemán sea el referente de su portería durante mucho tiempo. Años en los que su suplente, salvo una inesperada eventualidad, va a tener prácticamente imposible acceder a un puesto en el once más allá de la rotación en Copa o en partidos de escasa relevancia. Supone esto un escenario poco atractivo para seducir a guardametas con el nivel suficiente como para responder cuando sea necesario. Ser portero suplente del Barça significa ser suplente de Ter Stegen, y el alemán es un muro que difícilmente se podrá saltar.
Así las cosas, una estrategia en la que el guardameta reserva, después de acreditar su solvencia en el escaparate del Camp Nou durante un período corto de tiempo, encuentre facilidades para usar su experiencia como azulgrana a modo de trampolín hacia un club de notable prestigio que le garantice tener protagonismo, podría ser la solución para combinar la incuestionable titularidad de Ter Stegen con la presencia en la plantilla de un meta apto para asumir la responsabilidad en caso de que sea necesario. De no ser así, es probable que a la dirección deportiva no le quede más alternativa que acompañar al cancerbero alemán con suplentes menos contrastados, cuando no por apostar para esta función por los encargados de custodiar la portería del filial. Con Adrián Ortolá situado ante la puerta del ascensor del Barça B, y posibles alternativas en el mercado como el suizo Yann Sommer (Borussia Mönchengladbach), el checo Jiri Pavelnka (Werder Bremen), el alemán Ron-Robert Zieler (Stuttgart) o un Lukas Hradecky que el 30 de junio termina su vínculo con el Eintracht de Frankfurt, si Cillessen decide abandonar la sombra el Barça deberá decidir.
– Foto: Dean Mouhtaropoulos/Getty Images

