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El fútbol después de Pep

El fútbol después de Pep

Después de dos años de trabajo, por fin puedo presentaros mi primer libro: “El fútbol después de Pep. La evolución del juego desde la llegada de Guardiola a los banquillos“.

Un trabajo fruto de la confianza de LIBROFUTBOL.com, en el que he querido aproximarme a los cambios que ha vivido el fútbol a lo largo de los últimos años, y al papel que han jugado en ellos Guardiola y sus equipos. En este sentido, se trata de un libro sobre Guardiola, pero que intenta ir más allá de Pep para, partiendo de la figura del técnco de Santpedor, hablar sobre los demás. Sobre la importancia que ha adquirido la salida de balón o el papel que juegan actualmente las presiones adelantadas, sobre las nuevas funciones que se atribuyen a porteros o centrales, sobre la relevancia de los laterales en el juego de aatque o la evolución en el juego de centrocampistas o delanteros. Un libro que es resultado de muchos partidos, muchas lecturas y de conversaciones con protagonistas del juego como Juan Carlos Unzué, Ander Herrera, Nicolás Tagliafico, Martí Perarnau, Álvaro Benito, Sergio Canales, Sergi Samper, Frans Hoek, Àlex Delmàs, Luis Milla, Bojan Krkic, Jordi Guerrero, Adrián Cervera, Eusebio Sacristán, Gerard Autet, Jeffrén Suárez, Santi Cañizares, Pablo Maffeo, Óscar García, Pablo Zabaleta, Juande Ramos, Paco Jémez o Ricardo La Volpe.

¡Ojalá lo disfrutéis tanto como he disfrutado escribiéndolo!

 


“¿Se puede escuchar de la misma manera después de haber oído alguna de las mejores composiciones de Johann Sebastian Bach? ¿Significa lo mismo el silencio cuando lo alimenta el recuerdo nostálgico de brillantes notas musicales? ¿Es posible seguir viendo y entendiendo el mundo de la misma forma cuando sabemos más cosas sobre él? ¿Cuando lo hemos visto desde un lugar que desconocíamos?

Los grandes talentos de una determinada disciplina no lo son únicamente por conquistar los límites de su campo, sino por aportarles nuevas capas de significado. Por ir más allá de sus márgenes. Por expandir el universo de lo conocido, descubriendo mundos hasta entonces no revelados y educando la mirada de los demás desde la creación de una realidad no imaginada anteriormente. Por señalar hacia donde antes no se miraba.

Así ha ocurrido también a lo largo de la historia del fútbol, con protagonistas tanto individuales como colectivos que han empujado su conocimiento más allá de sus fronteras. Que han provocado que conceptos ya utilizados, de repente, y a causa de su huella, ampliaran su sentido. Que la forma de entender el fútbol y la expectativa a propósito de lo que puede esperarse de él, cambie como resultado de su legado.

A finales de los años noventa, por ejemplo, la revista France Football escribió que después del Milan de Arrigo Sacchi el fútbol no sería el mismo. Eran tiempos de reinado rossonero en Europa, gracias a un fútbol revolucionario con el que se impuso a sus rivales, contagió a sus sucesores e, incluso, contribuyó a modificar un reglamento al que había logrado vencer. Su interpretación y aplicación de la táctica del fuera de juego primero encontró y luego agrandó un agujero que el fútbol se vio forzado a corregir. Había ido más allá. Había rebasado los límites.

Pocos años más tarde, Barcelona vivía bajo el embrujo del Dream Team, un proyecto nacido en 1988 con la llegada de Johan Cruyff al banquillo azulgrana. Camino de su cuarta liga consecutiva y con el aval de la primera Copa de Europa de la institución, la particular filosofía de juego del técnico se había convertido en el cristal a través del cual se destilaba el fútbol desde el césped del Camp Nou. Un nuevo camino para acercarse a él. Una nueva forma de entenderlo. Un filtro fijado desde la seducción y la victoria, con el que se entronizaba la lógica personal y creativa del arquitecto de aquel conjunto. Una influencia con capacidad de transformar la realidad que Romário, el delantero de dibujos animados, sintetizó con un elocuente “el fútbol se mira con los ojos de Cruyff”.

Ante la noticia de la muerte del entrenador neerlandés, en 2016, Pep Guardiola, su pupilo más destacado, recordó al maestro: “Cruyff era como aquel profesor con el que siempre querías tener clase, porque te hacía amarla (…) me abrió un mundo nuevo, una película fascinante”.

Los éxitos de Guardiola son el penúltimo capítulo de la historia. Una influencia, cautivadora desde la victoria y el estilo, amplificada por una era en la que el acceso a la información resulta mucho más directo, inmediato y universal. Un altavoz sin barreras lanzado al mundo del fútbol como un contagio. Como una herencia a la que seguir, un reto al que adaptarse o, simplemente, una pregunta novedosa a la que atender. Para interrogar al fútbol, al propio y al ajeno, con una mirada prestada.

En 2011, la Tate Modern de Londres y la Fundació Joan Miró de Barcelona organizaron conjuntamente ‘Joan Miró. La escalera de la evasión’, una exposición con motivo de la cual se articularon, también, una serie de debates sobre el artista catalán. En uno de ellos, titulado ‘Miró después de Miró’, el filósofo Xavier Antich abordó la cuestión del mito de Miró, o, como él lo describiría, el proceso a partir del cual Miró dejaba de ser un nombre propio para convertirse en un adjetivo. En una categoría. En un apelativo usado no para hablar del propio Miró sino para, a través de él, observar a los otros. De Miró, a mironiano.

Se preguntaba entonces Antich si, precisamente, ese ejercicio de síntesis obligada, de confección de un esbozo a partir de unos rasgos generales del autor, no alumbraban el peligro de ocultar aspectos de su obra y su trabajo menos dóciles y maleables a la hora de crear un molde, pero igualmente consustanciales a su arte. Si para crear el adjetivo se había tenido que ser injustos e inexactos con el nombre propio. Si aquello de Miró que habitaba en los otros había terminado por ensombrecer la parte de Miró que seguía siendo sólo suya. Si podía rescatarse a Miró de la cárcel de su propio adjetivo.

En las páginas de este libro se propone un recorrido entre el Guardiola nombre propio y el Guardiola adjetivo. Entre un Guardiola en mayúsculas y un guardioliano en minúsculas. Entre aquello que le pertenece sólo al entrenador y a su trabajo en Barcelona, Múnich y Manchester, y aquella parte de su fútbol que ya pertenece a los demás. Perseguir la influencia e importancia del entrenador a la hora de redefinir los límites y significados de determinados aspectos del juego y de la naturaleza de quienes lo practican. Guardiola como motor de un cambio. Un viaje a través del puente que se levanta entre el fútbol previo al técnico de Santpedor y el fútbol después de Pep. ¿Cuánto hay de Guardiola en el fútbol más allá de Pep?”

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