
El buen juego no se regala
«Como dice un buen amigo mío, el jugar bien no se regala. Cuando el rival hace mal las cosas es más fácil que ganes e incluso que golees, pero para jugar del modo cómo jugó el miércoles la selección española hay que saber hacerlo. Tener clara la idea y la forma de ejecutarla, y contar con unos mecanismos de juego lo suficientemente engrasados para que todo fluya con la máxima naturalidad. Dicho esto, cabe reconocer que más allá de la diferencia de nivel e intensidad futbolística, el tipo de partido que la selección de Costa Rica le propuso a España resultó perfecto para que el combinado de Luis Enrique se expresara sobre el césped con la majestuosidad con la que lo hizo.
España es una selección que ejecuta un juego de posición basado en dos principios fundamentales cuando tiene la pelota: 1. Tener superioridad numérica en la línea donde está el balón, y 2. Encontrar desde el pase a jugadores situados entre líneas. Contra propuestas parecidas, desde hace algunos años el fútbol de clubs viene afilando una respuesta basada en sistemas presionantes y muchas veces abonados a las persecuciones individuales, transformando lo que era una estructura defensiva ordenada por líneas en una ordenada a partir de duelos. Si cada jugador se empareja con un rival y lo sigue cuando se mueve por el campo, es más difícil encontrar la superioridad numérica en la línea del balón porque, por lógica, siempre habrá en ella el mismo número de jugadores de cada equipo. Del mismo modo, tampoco habrá líneas dibujadas a la espalda de las cuales esconderse, sino que cada vez que un futbolista trate de introducirse en ese preciado espacio entre líneas…» – Leer el artículo completo–