
Saber mirar
“El fútbol es un deporte en el que se usan los pies pero que se juega con la cabeza, y en el que para vincular a ambos tienen un papel clave los ojos. Y es que, aunque algunos privilegiados a veces nos hagan creer que se puede jugar a fútbol sin mirar, lo cierto es que para poder actuar tanto sobre los compañeros como sobre los rivales, primero tienes que poder verlos. Saber dónde están. Poder mirar bien, es el primer paso para poder jugar bien a fútbol. Por eso los jugadores más técnicos tienen una ventaja sobre el resto, pues no precisan estar mirando el balón para controlarlo y pueden desplazar esa atención a lo que ocurre a su alrededor. Y por eso en la formación se subraya la importancia de aspectos como mirar antes de recibir la pelota, perfilarse correctamente para tener el máximo campo de visión o buscar una ubicación que permita ver la mayor parte posible del terreno de juego.
A nivel defensivo, la importancia de mirar se traduce en una obsesión: la de poder ver al mismo tiempo al esférico y al delantero rival. Tenerlos a ambos referenciados en un mismo vistazo. Saber donde está el uno y el otro sin tener que apartar la mirada. No por nada, los delanteros más peligrosos son aquellos capaces de encontrar los ángulos ciegos del defensor, volverse invisibles, y aparecer de la nada para marcar las diferencias sin que nadie los haya visto llegar. La selección de Marruecos que dirige Walid Regragui se ha convertido en la revelación de este Mundial gracias a un sistema defensivo que ha aplicado con brillantez la máxima de poder ver en todo momento al balón y al contrario. Siempre defendiendo de manera frontal, hacia adelante, y protegiendo de tal manera su zona que nunca tengan que dar la espalda ni a la pelota ni al delantero. Por eso enfrentarse a Kylian Mbappé suponía un reto mayúsculo para los …” – Leer el artículo completo–