
Fecha y lugar de nacimiento: 29 de Mayo de 1981. Leningrado (URSS).
Altura: 1.72 m.
Peso: 69 kg.
Demarcación: Mediapunta.
Club actual: F.C. Zenit de San Petersburgo.
En la Eurocopa que recientemente ha concluido con la selección española como vencedora, a nivel individual un futbolista ha focalizado toda la atención, Andrei Arshavin, un mediapunta ruso que se perdió por sanción los dos primeros partidos de la competición pero que en su regreso a los campos impresionó por su calidad, sobresaliendo sobretodo en un partido ante Holanda, hasta entonces una de las máximas aspirantes al título, en los cuartos de final, firmando una actuación para enmarcar. Posiblemente muchos aficionados lo conocieran entonces, pero Andrei no es fruto de un par de buenos partidos, sino que su trayectoria en las filas de Zenit en la liga rusa se muestra sobresaliente desde hace ya algunas temporadas. Por este motivo, para aquella gente que únicamente tenga la referencia de la Eurocopa para valorar a Arshavin, trataremos a continuación de analizar sus características como futbolista y los aspectos definitorios de su juego.
Se trata del jugador más importante y determinante del Zenit, donde situado por detrás del delantero centro Pogrebnyak -otro futbolista que si no se hubiera perdido la Eurocopa por lesión, coparía ahora todas las portadas- goza de total libertad tanto en fase defensiva como ofensiva. Cuando el equipo no tiene el balón, prácticamente no tiene responsabilidades defensivas y éstas se reducen a situarse por detrás del balón cuando el rival inicia el ataque desde la defensa, en cerrar líneas de pase valiendose de la colocación y en presionar al poseedor del esférico únicamente cuando existen posibilidades de robar el balón. La presión de Arshavin no busca dificultar la salida del balón del contrario ni permitir a su defensa jugar más adelantada, sino que ésta sólo aparece cuando, como consecuencia de un error en el pase o el control, aparece la oportunidad real de robar el balón y generar peligro sobre el marco rival.
Esta falta de exigencias defensivas es algo que se ha venido repitiendo también en la selección rusa ya que, al igual que en el Zenit, el objetivo es poner al equipo al servicio de Arshavin, de manera que todos se sacrifican en defensa para que el talentoso mediapunta pueda decidir luego en ataque. Así, cundo su equipo se encuentra en fase defensiva, el pensamiento de Arshavin no está en defender sino en buscar la mejor situación para generar peligro una vez sus compañeros logren recuperar el control del esférico. Cuando esto sucede, Arshavin suele encontrarse en una buena posición para recibir el pase y armar la contra aprovechando los huecos que pueda haber dejado el rival al irse al ataque, convirtiéndose en el jugador más importante del equipo en la fase de transición defensa-ataque. Vemos, pues, que esta poca implicación defensiva no es fruto de una cuestión individual sino que es producto del planteamiento táctico de sus equipos. De dar el salto a un equipo de mayor entidad en que se encuentre con otros futbolistas de gran nivel donde, por lo tanto, el planteamiento del técnico no girará en torno a su figura, Arshavin podría asumir un rol más sacrificado en labores defensivas.
Ya en fase ofensiva su misión no es tanto la de organizar el ataque como la de posibilitar su finalización. Se trata de un futbolista muy vertical que asume riesgos en el pase, por lo que, situado en zona de creación es propenso a que sus pérdidas de balón permitan los contraataques del rival y castiguen a su equipo. Por este motivo, la posición ideal para Arshavin es algo más adelantado, casi más como un segundo punta que como mediapunta, ya sea por el centro o decantado a uno de los costados, donde los riesgos que asume en su juego se muestran mucho más productivos y donde, en caso de pérdida del balón, el equipo acumula a muchos hombres por detrás del esférico para poder neutralizar los contragolpes del equipo rival. Así pues, es en esta posición por detrás del punta con libertad de movimientos, donde su juego más beneficia el rendimiento final del equipo y donde aparece la versión más desequilibrante de Arshavin.
Jugando por el centro sobresale sobretodo por su buena visión para encontrar pases interiores que dejen al delantero en un mano a mano con el portero. Cuando recibe cerca del área sabe proteger muy bien el balón con su cuerpo pese a atraer a muchos futbolistas rivales que liberan al resto de delanteros, por lo que es habitual verle jugando como falso 9 atrayendo a la defensa y buscando el pase interior al delantero entrando en diagonal desde la banda. Su último pase es seco y fuerte para dejar a los zagueros sin tiempo de reacción, pero a la vez, exige una buena compenetración con los delanteros para que estos sepan leer el pase antes de que se ejecute y para que Arshvin interprete los desmarques antes de que se produzcan. Justo por detrás del punta, junto a su habilidad para encontrar líneas para el pase interior, se muestra como un jugador muy desequilibrante gracias a su cambio de ritmo, velocidad de movimientos y dominio del balón con ambos pies, que le permiten superar a los defensas y situarse en zonas de finalización. Pese a no ser un goleador, Arshavin es un jugador que puede manejar unas cifras cercanas a los diez goles por temporada.
Situado en banda, cuando el balón circula por el centro del ataque, sabe aguantar bien su posición abierto al costado ya que no es un futbolista que necesite estar en contacto con el esférico constantemente e, incluso, en ocasiones le vemos buscando la «contra-jugada». No obstante, cuando el ataque transcurre por la banda opuesta, Arshavin busca ocupar una posición más centrada, prácticamente generando un dos para dos con los centrales, para que el equipo cuente con un mayor número de jugadores en zona de finalización.
Arshavin es, pues, un futbolista determinante y que puede ofrecer múltiples alternativas al juego ofensivo de su equipo, a lo que además debemos sumarle su mentalidad y capacidad de liderazgo. Esperamos que este análisis haya servido a aquellos que únicamente tenían la Eurocopa como referencia para valorar a un futbolista que es mucho más que un par de partidos con su selección, y que lleva ya varias temporadas pidiendo a gritos dar el salto a una liga con un potencial mayor a la rusa.
