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Construyendo un nuevo Barça (III) La banda izquierda.

Pese a las ideas iniciales del técnico, en toda creación de un equipo existen elementos resultantes del azar o de las continuas probaturas. Se suele decir -y no sin razón- que un nuevo proyecto siempre precisa de tiempo para cristalizar, no sólo por la necesidad de crear y consolidar nuevos automatismos en la dinámica del juego, sino porque tiempo es lo que necesita el técnico para dar en la tecla indicada. En muchas ocasiones la configuración final del equipo difiere notablemente de la ideada inicialmente por el entrenador, debido a que con el paso de las jornadas, las alternativas en el once titular y, porqué no decirlo, a cierto factor suerte, el técnico consolida el equipo valiéndose de las conclusiones de la experiencia directa. El Barça de Guardiola no será una excepción, y no es aventurado asegurar que hoy por hoy Márquez, Xavi y Messi son los únicos futbolistas que tienen definido su papel en el esquema del técnico. No obstante, en la cabeza de Pep hay aspectos que resultan innegociables, como la férrea voluntad de dominar el balón y el juego, la intención de situar al equipo lo más cerca posible de la portería rival o la importancia que el aprovechamiento de las bandas debe tener en el ataque. Así, en este post, una vez analizada la banda derecha y el triángulo defensivo del equipo, nos centraremos en los hombres, perfiles y relaciones que pueden establecerse en perfil zurdo del equipo, a priori, la zona que más dudas puede generar.

Está claro que el equipo que está construyendo Guardiola da y seguirá dando mucha importancia al juego por los costados. Éste, no obstante, puede trabajarse a partir de un jugador que parta de manera fija desde una situación pegada a la cal o bien mediante las llegadas de los jugadores. Resumiendo: en banda se puede estar o aparecer. De hecho, en banda derecha el Barcelona maneja ambas alternativas con un Messi actuando de extremo durante algunas fases del partido, y con las subidas de Alves cuando el argentino se descuelga hacia el centro del ataque.

La banda izquierda culé, no obstante, se ve condicionada por la ausencia de un lateral zurdo ofensivo -ya que Silvinho parece no contar para el técnico-, por lo que para abrir el campo, pasa a ser imperativo el uso del extremo. No sirven, pues, apuestas como las de Bojan o Henry, dos jugadores que como segundos puntas decantados al costado podrían aprovechar la distancia que se crearía entre el central y el lateral derecho rival, si por la banda progresara el lateral zurdo azulgrana. Así, debido a que el peso en banda corresponde al extremo, la principal cualidad que éste debe poseer es el uno contra uno, ya que debe ser capaz de generar desequilibrio sin la ayuda directa del lateral. Viendo la plantilla culé, nos damos cuenta que los dos jugadores con dominio en el uno contra uno son Messi e Iniesta, y con el 10 en banda derecha, el de Fuentealbilla es el único que puede satisfacer las necesidades de la posición. Así, aunque el lateral izquierdo no aporte demasiado en labores ofensivas, con Messi e Iniesta en las bandas, el Barça es capaz de llevar peligro por ambos costados.

No obstante, Iniesta no es un extremo al uso al que se le pueda -ni se deba- pedir que juegue los noventa minutos abierto a banda, por lo que del mismo modo que ocurre en banda derecha con Messi, el equipo debe trabajar otros automatismos para ocupar la banda cuando el manchego salga de su posición de partida. Será importante, pues, y más teniendo en cuenta que las subidas del lateral más que una norma en la que cimentar el juego azulgrana, deben ser un recurso en momentos puntuales, la presencia de un jugador con recorrido y dinámico en el interior zurdo. Keita, Gudjohnsen, Touré e incluso Hleb son los hombres que deben luchar por esta plaza. Sus funciones serán varias. Debe ser un futbolista que además de involucrarse en la gestación de la jugada, ofrezca recorrido tanto en vertical como en horizontal, doblando por fuera a Iniesta cuando este ocupe la zona del mediapunta, y ejerciendo como segunda punta en varios momentos del partido. Así, teniendo en cuenta que ni Messi ni Iniesta son jugadores de área, para generar situaciones de dos para dos con los centrales rivales, tanto en los partidos en que ha jugado Keita como en los que lo ha hecho Gudjohnsen, ha sido frecuente verles al lado de Samuel Eto’o cuando el ataque culé entra en la fase de finalización.

Otra función importante que Pep reserva para el interior zurdo es la de ahogar la salida del rival, no sólo presionando tras pérdida, sino también con el equipo situado en posiciones defensivas. Así, cuando el Barça no tiene el balón y en el caso de no haber podido recuperar en primera instancia, el equipo se repliega en un 1-4-5-1 que deja a Eto’o sólo arriba y en que es frecuente que uno de los futbolistas que integran la línea de cinco del mediocampo salga a presionar sobre el poseedor del balón. Esta presión se convierte en mucho más intensa cuando el encargado de salir es Keita o Gudjohnsen, ya que su capacidad física les permite seguir la marca obligando al jugador a retrasar el balón hasta la defensa, dónde la presión tanto de Eto’o como del interior que ha abandonado la línea, busca obligar al rival a rifar el balón con un despeje largo.

Si recopilamos nos daremos cuenta que el perfil requerido para la posición de interior izquierdo en el esquema de Guardiola es el de un futbolista que no desentone en la creación, con capacidad de doblar por fuera, despliegue físico, sacrificio en la presión, recorrido y llegada desde segunda línea. Analizando los candidatos vemos que el jugador que mejor cumple con este rol es Keita Seydou, aunque para eso el malí debe resultar más eficaz en el aspecto realizador. El ex-sevillista es un futbolista con gol, por lo que seguramente sea cuestión de tiempo y de aclimatación al equipo que empiece a ver puerta con más regularidad. No así Hleb, un jugador con muchas cualidades pero entre las que no se encuentra la facilidad anotadora, siendo éste su principal handicap para entrar en el equipo en esta demarcación, a la espera que el volumen realizador del resto del equipo haga que la aportación del interior zurdo en este campo no sea indispensable. Otra dos alternativas con más potencial para ser resolutivas ante la portería contraria son las de Touré y Gudjohnsen. El primero, como ya comentamos en la entrega anterior, vetado para la posición de mediocentro, tiene en esta plaza posiblemente su única posibilidad de entrar en el once, y podría aportar recorrido, físico y llegada desde atrás, aunque su capacidad para ocupar la banda cuando Iniesta la abandone ya es más dudosa. Algo parecido ocurre con Gudjohnsen, un jugador que gracias a su aportación goleadora a pasado del ostracismo a pelearle la titularidad a un nuevo fichaje como Keita.

En el lateral, con un Silvinho al que sus lagunas en el uno contra uno defensivo y la presencia de Alves en el lado contrario penalizan demasiado a la hora de contar para el técnico, Abidal parece ser el hombre destinado a ocupar la posición. No obstante, en el francés volvemos a encontrar un caso similar al de Touré Yaya, es decir, el de un jugador fichado para un proyecto que tendía cada vez más a dividir el equipo en cinco jugadores que defendían y cinco que atacaban, y que ahora en un nuevo proyecto en que se pide a los futbolistas que participen activamente en todas las fases del juego, se encuentra en un hábitat artificial para él. Además, la inseguridad por no terminar de encajar en la línea de juego del equipo, junto a la mochila mediática de una temporada anterior discreta en líneas generales, han provocado que a nivel defensivo -hasta ahora el punto fuerte de Abidal- se muestre algo inseguro.

Así pues, y dado el papel relevante que para Guardiola tiene la salida desde atrás, que hace que Piqué y Milito sean los favoritos para acompañar a Márquez en el centro de la zaga a lo largo de la temporada, no debería descartarse la posibilidad de que el técnico apostara finalmente por situar en el lateral izquierdo a un perfil de jugador como Cáceres o Puyol, dos futbolistas con un estilo más acorde con la filosofía del entrenador, con la misma presencia ofensiva que Abidal -es decir, muy poca- pero capaces de otorgar mayor seguridad defensiva a la banda izquierda de la defensa culé -al menos respecto al Abidal de los últimos meses- y de ofrecer al técnico la posibilidad de pasar del 1-4-3-3 al 1-3-4-3 sin necesidad de realizar ningún cambio.

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