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Atlético de Madrid: la hora de Ever Banega.

Posiblemente sea a la hora de detectar los fallos y hallar las soluciones cuando se observa la verdadera calidad de un entrenador. Cuando la idea inicial funciona las exigencias para el técnico son menores y se reducen a mantener la dinámica del equipo y las dinámicas individuales necesarias para seguir por el mismo camino. No obstante, es cuando los planes del entrenador no funcionan que éste debe detenerse y analizar detenidamente a su equipo y detectar donde está el error en su planteamiento inicial. Esta capacidad para encontrar problemas y plantear soluciones es la que distingue a los grandes entrenadores del resto, y Aguirre tiene ante sí una oportuidad perfecta para reivindicar su valía. No esperamos -ni deberíamos esperar- un cambio radical del guión, pero si que el mexicano a partir del equipo actual y respetando los puntos en que su funcionamiento es el adecuado, debe introducir alguna variación.

Tras la catástrofe del partido ante el F.C.Barcelona, Javier Aguirre ha probado con planteamientos diferentes que tampoco parecen haber dado el resultado esperado. En este post, pues, trataremos de desarrollar la que sería nuestra propuesta para, respetando la base del funcionamiento de los colchoneros, minimizar las actuales debilidades y poder aportar nuevas fortalezas al equipo.

Cuando analizamos los problemas actuales del Atlético de Madrid, observamos que uno de los más importantes era la falta de un futbolista capaz de dirigir la construcción del juego y tejer a su alrededor un conjunto de sociedades que permitan al equipo de Aguirre ser algo más que unas individualidades ofensivas determinantes. Por eso, pese a las posibles reticencias iniciales del técnico, la presencia del argentino Ever Banega en el once cada día parece más indispensable. El Atlético no dispone de otro jugador capaz de asumir este rol, ya que el resto de centrocampistas responden a perfiles más físicos y dinámicos y con menos contacto con el balón -Raúl García sí podría cumplir con estas necesidades pero para ello necesitaría otro contexto e idea de equipo-, y tampoco hay en la plantilla un mediapunta organizador como podría ser Diego Ribas, Aimar o Iniesta.

Una vez decidida la entrada de Banega en el once, es el momento de encontrarle un lugar en el equipo. Debido al actual sistema rojiblanco de 1-4-2-4, no sería recomendable que substituyera a uno de los dos centrocampistas ya que a una línea ya de por sí muy despoblada, sumaríamos a un futbolista más preocupado en atacar que en defender, lo que partiría al equipo en cinco jugadores que atacan y cinco que defienden y destrozaría cualquier control sobre ambas direcciones de las transiciones. Otra posibilidad es su entrada por uno de los dos puntas y pasar a un 1-4-2-3-1 con Banega por detrás del punta. No es una mala alternativa, pero sí conlleva algunas repercusiones que, al menos de entrada, afectarían la asimilación del nuevo sistema. Por un lado, sin Forlán el equipo perdería gol ya que a excepción del Kun -más la aportación de Maxi Rodríguez- no habría más futbolistas con capacidad para anotar de manera regular. Por el otro, se quitaría del equipo a un jugador importantísimo en el engranaje del equipo, ya que mientras Agüero es el crack, Forlán es el jugador que participa en gran parte de los automatismos del juego atlético.

Vemos pues, que la mejor opción es que Ever Banega entre en alguna de las dos bandas. Tanto Maxi como Simao son dos futbolistas que están ofreciendo un buen rendimiento, pero las necesidades del equipo obligan al técnico a sacrificar a uno de los dos. Analizando las características de ambos jugadores, la participación del extremo portugués se presume de mayor importancia, ya que además de aportar unas cualidades especificas al juego del equipo -desequilibrio y amplitud por banda, velocidad y desmarque- es el especialista a balón parado del equipo. Por este motivo, según nuestro criterio, la entrada de Banega al equipo debería hacerse en detrimento de Maxi Rodríguez, partiendo desde el costado derecho aunque con mucha libertad para abandonar la banda y participar en la creación. Para ocupar la banda quedarían las diagonales al espacio de Forlán y las subidas del lateral. Si cuando Banega centra su posición el interior le sigue, la banda estará desierta para atacar la sobrecarga sobre el lateral rival, mientras que si el contrario permanece en su puerto, el Atlético puede vivir en superioridad en la parcela central del centro del campo.

Junto a Forlán trazando desplazamientos sin balón a la espalda del lateral, en el ataque por banda derecha debe tener un peso importante el lateral derecho rojiblanco. Este rol no puede desempeñarlo Perea quién debería ocupar el puesto de central desde el cual cubrir la espalda del lateral gracias a sus cualidades físicas. El Atlético no tiene en la plantilla a un jugador que encaje en las características de un carrilero diestro, por lo que Aguirre deberá adaptar a alguno de sus jugadores para cumplir con este perfil. De cara a la temporada que viene, y si esta solución resulta efectiva, será el momento de incorporar a un lateral diestro de características ofensivas -dependiendo de la situación de las arcas rojiblancas podría ser interesante mirar al mercado sudamericano, sobretodo al brasileño, ya este mercado invernal-, pero hasta entonces el técnico deberá inventarse el perfil.

La lógica nos hablaría de Seitaridis como lateral, pero como sucediera con Perea, su capacidad para llevar peligro en ataque de manera constante y de participar activamente en la administración del esférico puede ser dudosa, por lo que podría ser interesante descubrir a un posible carrilero diestro dentro de la misma plantilla. Estudiando las características que debe reunir este jugador, nos encontramos con que debe ser un jugador poderoso físicamente para que pueda recorrer la banda de manera regular, explosivo, con cierto dominio en el toque ya que debe poder centrar con fiabilidad y con una relación con el balón bastante intima. Así pues, nuestro nombre sería el joven Ignacio Camacho. No se trata de una reubicación definitiva, puesto que es evidente que el canterano tiene mucho más futuro en el centro del campo que en el lateral, pero teniendo en cuenta las necesidades del equipo, sus características y los pocos minutos de juego que le deja la presencia de Raúl García, Maniche o Assunçao, ésta puede ser una solución exitosa hasta final de temporada, ya que Camacho es un jugador ágil, veloz, potente, inteligente tácticamente, disciplinado en la recuperación y acostumbrado a entrar en contacto con el balón. El recurso de utilizar a un centrocampista del dinamismo del canterano para ocupar el lateral es una alternativa que ya han manejado otros técnicos, con casos como los de Essien en el Chelsea, Hargreaves en el United o Bruno en el Villarreal.

Así pues, la banda derecha del Atlético no se atacaría de una manera posicional, sino que cuando Ever Banega se fuese hacia el centro, serían Forlán y Camacho los hombres que deberían atacar el espacio generado por el argentino. En cierto sentido, el funcionamiento de esta banda derecha puede resultar similar a la del Real Madrid, donde las caídas de Raúl y las subidas de Ramos son las encargadas de llevar peligro por el costado.

Atlético de Madrid: la indefinición como bandera (versión 2.0)

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