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El Barça tras diez jornadas (II)

Sergio_BusquetsSiguiendo con el análisis del inicio de temporada protagonizado por el F.C.Barcelona, otro de los aspectos en los que debemos detenernos es en la fase inicial de la construcción del juego. Este aspecto resulta crucial en el esquema de Guardiola y la base sobre la que el equipo edifica su juego, por lo que hemos podido observar como el técnico azulgrana ha planteado algunas modificaciones buscando potenciar esta fase del juego. En su día ya analizamos la alternativa de retrasar al mediocentro situándolo entre los centrales y mandar, a la vez, a los dos laterales hacia adelante. El objetivo de este mecanismo es el de mejorar la salida desde al defensa generando espacios en la demarcación del mediocentro, y así minimizar los inconvenientes de contar con un pivote, en ocasiones demasiado estático, como es Touré Yaya. No obstante, esta variante se ha encontrado con dos problemas a la hora de lograr continuidad, por un lado, y paradójicamente, el gran estado de forma de Eric Abidal, y por el otro el bajo momento que atraviesa Touré.

El internacional francés no es un lateral de recorrido capaz de ocupar el carril a la manera de un carrilero y de asumir responsabilidades ofensivas. Su rol es distinto, y se centra en el despliegue físico, el apoyo defensivo a los dos centrales y su capacidad para cerrar al segundo palo en un centro desde la banda contraria. Con Abidal, el tercer central en el inicio de la jugada no es el mediocentro sino el lateral izquierdo. No obstante, el hecho de que el francés posiblemente esté protagonizando sus mejores actuaciones desde que llegó al Barça, y a que su presumible alternativa en la demarcación, Maxwell, todavía debe adaptarse a la dinámica del equipo y a su juego, han convertido a Abidal en un  fijo para Guardiola en el lateral izquierdo. Paralelamente, tampoco el rendimiento de Touré está empujando al técnico a prescindir del buen momento del lateral para potenciar el fútbol del marfileño, pues el Touré actual está lejos de ser el futbolista dominante y absolutamente clave en el tramo final de la pasada temporada. Así pues, ahora mismo no parece claro que potenciar al mediocentro africano a cambio de prescindir de Abidal sea una elección beneficiosa para el equipo.

De este modo, con Abidal cumpliendo con la función de tercer central en el inicio de la jugada, desaparecen los espacios en la zona del mediocentro y el equipo vuelve a sufrir la poca movilidad de Touré a la hora de construir desde la defensa. Este escenario explica el protagonismo de Sergio Busquets en el inicio de temporada del equipo -en 6 de las 10 jornadas de Liga ha sido el mediocentro titular-, pues el canterano, con un juego mucho más fluido y dinámico, favorece el intercambio de posiciones en la medular, la aparición de espacios para la recepción de los interiores y, por lo tanto, suaviza la transición defensa-ataque del equipo.

Por contra, la capacidad de solucionar problemas colectivos desde una aportación individual basada en el físico de Busquets, es sensiblemente inferior a la de Touré. En este sentido, debido a que al equipo le cuesta fijar las líneas del rival cerca de su portero ya que Iniesta y Henry todavía deben alcanzar su mejor nivel, los jugadores encuentran más dificultades a la hora de hacer circular el balón con rapidez y de situar la posesión en las zonas que más convienen a su juego, permitiendo que aparezcan las pérdidas de balón no controladas y por consiguiente los contraataques del rival. Es en este punto, con el equipo mal situado para lanzar la presión, es cuando el conjunto echa de menos la evidente superioridad física de Touré respecto a Busquets para subsanar desde lo individual, un desajuste colectivo.

En este escenario de dificultad para defender las contras del adversario, nos encontramos a un Chygrynskiy muy castigado por la crítica. El ucraniano no destaca precisamente por su velocidad ni ímpetu defensivo, sus cualidades son otras. Que Chygrynskiy es un central que tiene todas las papeletas para perder una carrera a campo abierto ante una gran parte de delanteros de la Liga es algo que Guardiola sabe desde el día uno.  Pep lo sabe ahora y lo sabía al contratarlo, pero el objetivo del técnico no es que el central resuelva estas situaciones, el objetivo es que éstas no se den. Si el Barça logra mover el balón dónde más le conviene para, en caso de pérdida lanzar la presión de manera efectiva, los centrales podrán echar mano de su lectura del juego y colocación para inhabilitar a los puntas contrarios. En cambio, si el rival logra recuperar con el Barça desorganizado, con espacios y campo que correr, los zagueros quedarán retratados.

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