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La previa del clásico (1/3):

Aunque equipos como el Espanyol, la Real Sociedad o el Hércules, hayan subido el nivel de la clase media de la Liga, esta temporada, como sucediera en la anterior, parece que el campeonato volverá a decidirse en los enfrentamientos directos entre Barça y Madrid. Es cierto que ni Valencia, ni Sevilla, ni Atlético de Madrid parecen aguantar el ritmo de los dos grandes, pero también lo es que con dos equipos con jugadores de la talla de Casillas, Pepe, Ramos, Valdés, Alves, Piqué, Puyol, Marcelo, Xabi Alonso, Iniesta, Xavi, Ozil, Di María, Villa, Cristiano Ronaldo o Messi, está por ver si en otras ligas no sucedería lo mismo. Hoy por hoy, Barça y Madrid tienen, de largo, las dos mejores plantillas del mundo.

El Barça-Madrid del lunes no es ni mucho menos un partido decisivo, pues no hay que perder de vista que todavía no se ha completado ni la primera vuelta del campeonato, y que la distancia entre ambos conjuntos una vez finalizado el choque, será como máximo de 4 puntos. Sin embargo, si será una batalla importante para la resolución final del título y, sobretodo, un posible punto de inflexión en las dinámicas de los equipos. En este sentido, quizá porque el de Guardiola es un proyecto más consolidado -ni que sea por el crédito que dan los títulos y por su mayor tiempo de recorrido-, las consecuencias del clásico seguramente tengan más incidencia en el Real Madrid, tanto para bien como para mal.

Pese a ser un proyecto recién iniciado, desde el inicio de liga Mourinho ha tratado de adelantar el proceso de maduración de su equipo apostando por consolidar un once inamovible, el cual rara es la vez que se ve afectado por las rotaciones. Como muestra señalar que el jugador nº11 -Di María- lleva más del doble de minutos en liga que el nº12 -Arbeloa-.

Organizado en un 1-4-2-3-1 en que la permuta en los hombres de arriba es una constante, el peso del juego del Madrid se localiza principalmente por banda izquierda. La presencia del binomio Marcelo-Xabi Alonso, y la tendencia natural de Ronaldo, Ozil y Di María a caer sobre este perfil, provocan que en muchos momentos, la ocupación del carril diestro quede reducida a las apariciones de Sergio Ramos y a las caídas a banda de Higuaín -o incluso Khedira- desde el centro. Si el trabajo en banda derecha pasa por los espacios, en banda izquierda la norma es la construcción de superioridades y el intercambio de posiciones. Con un Marcelo clave en la salida y asociándose con Alonso y Ronaldo, el portugués con libertad para desplazarse a zonas más centradas o como 9, y Di María y Ozil apareciendo para hacer el dos contra uno en banda, atacar al mediocentro rival o entrar al espacio, el perfil zurdo es la clave del juego de ataque del equipo de Mourinho.

Esta acumulación de efectivos en banda izquierda, les permite, además, una mayor efectividad a la hora de recuperar el balón en caso de pérdida, y mantener cerca de la zona donde se recupera el balón, a los hombres más peligrosos en el contraataque. Así, pese a que como ya hiciera en el Chelsea, las contras del equipo de Mourinho se caracterizan por utilizar los tres carriles, es con los que se inician por banda izquierda con los que se muestra más peligroso. Es frecuente, pues, que para minimizar riesgos el rival trate de salir en largo, punto en el cual, la situación adelantada de la defensa -siempre que el Madrid haya encontrado profundidad en su ataque- la colocación de Alonso y/o Khedira, y el acierto en la anticipación de los zagueros blancos, les permite dominar el rechace impidiendo al rival salir y manteniendo el asedio del marco rival. El Madrid, cuando impone su juego, es un equipo de ataques rápidos y directos, pero continuos.

Junto a la salida en corto por Marcelo -que siempre es la primera opción- el Madrid encuentra en Xabi Alonso una segunda alternativa para iniciar juego. Cuando esto sucede, el equipo desarrolla un juego más directo, menos localizado en banda izquierda y en el que los excelentes desplazamientos largos del centrocampista vasco sirven para habilitar cualquiera de los frentes en ataque. En este sentido, Alonso puede habilitar tanto el desmarque a la espalda de la defensa de Higuaín o Di María, como el balón largo buscando la superioridad física de Ronaldo ante la mayoría de laterales -Alves no será una excepción-.

Esta capacidad de hombres como Higuaín, Özil o Di María de atacar la espalda de la defensa, es otra de las características del Madrid de Mourinho, favorecida por la atracción sobre las defensas rivales que genera Cristiano Ronaldo, y la presencia de dos grandes pasadores como Alonso -en largo- y Özil -buscando el pase interior- en el equipo. Estos dos jugadores son  los encargados de dar la pausa al juego blanco, oxigenar la jugada y dar continuidad a la circulación. Son además, el cambio de orientación en el juego del Madrid, es decir, los futbolistas que posibilitan que cuando el ataque por banda izquierda no tiene éxito, la jugada pueda respirar trasladándose a la orilla derecha, para después, si es necesario volver sobre el perfil izquierdo.

Antes de finalizar con el análisis del equipo blanco, es necesario detenerse sobre dos jugadores, Di Maria y Benzema, que, uno formando de entrada en el equipo titular y el otro entrando desde el banquillo, pueden ser las piezas que permitan a Mourinho alterar el discurso del partido en un momento determinado. El argentino, situado de inicio en banda derecha, pero permutando constantemente su posición con sus compañeros de línea, pasa por ser el hombre en el que Mourinho encuentra las herramientas para solucionar las eventuales dificultades que puede encontrarse el equipo. Si el equipo no encuentra líneas de pase, Di María se incrusta en la media para facilitar la creación de triángulos; si al equipo le cuesta sacar el balón desde la defensa, retrasa su posición para convertirse en una salida fácil; si el equipo se ahoga en banda izquierda, el argentino habilita la izquierda; si falta intimidación, lanza un ataque a la espalda de la defensa… Todavía es joven y un jugador poco determinante a nivel de marcador final, pero si el lunes el Madrid se ve superado por el Barça, Di María será el plan B al que se agarrará Mourinho y el equipo.

Por último está Benzema, un jugador que parecía desahuciado hace unas semanas, pero que está resultando de gran utilidad para el técnico a la hora de cambiar el escenario del partido. Ya sea en sustitución de Higuaín, o, sobretodo, formando junto al argentino alterando el dibujo inicial del equipo, el francés es un recurso que permite a Mourinho sumar presencia en el área, inteligencia en los desmarques, capacidad asociativa en las inmediaciones del área y capacidad para plantear un escenario que potencie el desequilibrio individual. Formando con dos puntas, se limitan las ayudas de los centrales sobre la línea de tres mediapuntas del Madrid, con lo que es la media del rival la que tiene que emplearse en su defensa. Esto provoca que el rival retrase líneas, empobrezca su transición defensa-ataque, y permita al Madrid ejercer el dominio del rechace.

Finalmente, señalar el peligro a balón parado de los blancos, tanto en los libres directos con Cristiano Ronaldo como amenaza numero uno, como en los saques de esquina, en los que a un gran lanzador como Xabi Alonso, deben sumarse los centímetros y peligro en el juego aéreo de hombres como Ramos, Pepe, Ronaldo, Carvalho o Khedira.

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