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Real Madrid vs. F.C.Barcelona

Tras verse la caras en los dos torneos nacionales, llega el momento de que Madrid y Barça se enfrenten en la máxima competición continental, en una histórica semifinal del la cual saldrá el máximo favorito de cara a la gran final en Wembley. El Madrid cuenta a su favor con el rédito emocional logrado en los dos enfrentamientos anteriores, sobretodo en la final de Copa, de los que sale con la sensación que aquel Barça del 5-0 ya no es invencible. En el lado culé, la siempre importante ventaja del partido de vuelta en casa.

Equiparados en el aspecto mental del juego, el partido se traslada a lo futbolístico, donde ambos conjuntos han demostrado ser, hoy por hoy, los dos mejores equipo del mundo. Ambos contarán con alguna ausencia notable en la parcela defensiva, donde, de los teóricos onces titulares, ni el sancionado Carvalho ni Abidal podrán saltar al césped. Si parece que estará Puyol, vital, no solo por todo lo que aporta el capitán, sino porqué sin Adriano ni Maxwell, Guardiola se hubiese visto obligado a improvisar con Busquets, Keita o Milito. En la final de Copa, la ausencia de Puyol la cubrió Mascherano, quien firmó una buena actuación, con alguna laguna comprensible en la lectura de la demarcación, pero suplida por unos conceptos tácticos y técnicos en defensa casi perfectos. Con la vuelta de Puyol y ante la ausencia de un lateral izquierdo natural, se abre, pues, la incógnita de quien será el encargado de ocupar la posición.

En principio la banda derecha del ataque blanco será bien para Özil, bien para Ronaldo, pues hasta ahora, en los tres duelos anteriores entre ambos equipos, Mourinho ha optado por emparejar a Di Maria con Dani Alves. De entrada apostaríamos porque el técnico portugués repetirá planteamiento y situará a Ronaldo en punta con el alemán partiendo del costado para  transitar hacia posiciones más centradas, pues sin Adriano, las ventajas que el portugués podría sacar en banda disminuyen. Desde la teórica posición del 9, pues, la función de Ronaldo será la de castigar la espalda de los laterales del Barça para obligar a los centrales a acudir a banda. De este modo, el Madrid conseguiría abrir el espacio en la zona más débil del sistema defensivo culé -la zona de mediocentro- y atacar ahí con la llegada de hombres de segunda línea, ya sea Di Maria, Özil o el reconvertido Pepe.

El portugués ha sido la arma secreta de Mourinho en estos partidos frente al Barcelona, incorporándolo al centro del campo para subir un punto en despliegue, agresividad, llegada y anticipación. En este aspecto, al Madrid le va a penalizar la baja de Khedira, quien en este contexto resultó un hombre sumamente interesante en la final de Mestalla. Por eso, tras alinearlo como mediocentro en el Bernabéu y como interior izquierdo en la Copa, no nos sorprendería que en esta ocasión Mourinho emparejara a Pepe con Andrés Iniesta, más viendo que el de Fuentealbilla fue la clave de la mejora del juego de su equipo en el segundo tiempo de la final.

Hablábamos en la previa de aquel partido del rédito que podían sacar los azulgranas del emparejamiento Iniesta-Khedira y de la importancia de generar un «aclarado» para favorecer esa superioridad en el duelo individual. Esta situación llegó tras el descanso, cuando Guardiola modificó la posición de Pedro y situó en la banda de Arbeloa. Pep localizaba dos emparejamientos favorables al Barça en el mismo perfil, obligando a las ayudas de lo jugadores blancos. La vigilancia sobre un foco desatendía el otro, y ahí el equipo encontró una vía fácil de situarse próximo a la portería de Casillas.

Por contra, el cambio de banda del canario implica liberar a un futbolista tan importante para el Madrid como Marcelo. Veremos si Guardiola apuesta por decantar a la banda del brasileño a David Villa para que en defensa trabaje sobre el lateral mientras en ataque busque el centro del ataque dejando la banda a las subidas de Dani Alves, o si prefiere que sea el mismo Guaje el encargado de fijar a Arbeloa, asumiendo un papel mucho menos centrado del que viene desempeñando últimamente.

Por último, si el Barça logra esa superioridad en banda izquierda que obligue al sistema defensivo del Madrid a dedicarle muchas ayudas a ese perfil, se abrirán, también, mayores espacios para Messi quien, si el equipo consigue la profundidad en su juego, podrá sacar  ventaja de la ausencia de Carvalho en el centro de la zaga y de la importancia de Pepe en mediocampo, para medirse a la poco habitual pareja de centrales formada por Sergio Ramos y Albiol.

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