
Mourinho lo sabe, y por eso, desde el 5-0 ha planteado sus partidos contra el Barça buscando reforzar su fase defensiva posicional. De ahí su cambio al mediocampo de tres hombres o la reconversión de Pepe en interior la pasada temporada. Incluso el habitual cambio de bandas que vemos entre Ronaldo y Di Maria cuando se enfrentan a los azulgranas, podría leerse a partir de esta idea. El Barça, con Messi, Iniesta y, por encima de todo ellos y de manera abrumadora, Xavi, es capaz de mantener la posesión indefinidamente. Otra cosa es el sentido que le dé a ésta y que para progresar necesite arriesgarse a la pérdida, pero si busca la posesión por la posesión, el control intrascendente del cuero, puede hacer inútil cualquier intento de robo del rival.
Así pues, no sería una sorpresa que Mourinho optase por el 1-4-3-3 ni que Guardiola hiciese lo propio con el 1-3-4-3. El técnico portugués ya optó por ese sistema la temporada pasada prescindiendo del punta y ubicando ahí a Ronaldo dándole un papel de falso extremo a Özil. Plantear el emparejamiento del triángulo del Barça con una línea de tres centrocampistas en la que Alonso trabajaría sobre la zona Messi apoyado por la capacidad física y de anticipación de sus centrales. Fijar a Alves en defensa para eliminar un socio del centro del campo, sumar a Arbeloa en la defensa interior…Obligar al Barça a jugar lejos del área y forzarles a arriesgar para progresar y de este modo hallar la pérdida que permita a los merengues salir a la contra con Alonso como lanzador. Dado el buen nivel ofrecido por Benzema y el bajo rendimiento de Özil, existe otra alternativa en ese 1-4-3-3 que pasa por sentar a Özil y presentar un ataque con Di María y Ronaldo en bandas. Quedaría por ver el perfil que ocupa cada uno de los extremos y si, sin la amenaza de la diagonal dentro-fuera de Ronaldo, Guardiola liberaría a Alves para proyectarse por la banda y, bien generar superioridades una línea más arriba, bien arrastrar a Di Maria lejos del ataque.
Por lo que se refiere a la opción del 1-3-4-3 en el Barça, con él Guardiola hallaría soluciones para generar el mejor escenario para que Xavi, Iniesta y Messi se impusieran. Salida de tres, dos extremos abiertos para ensanchar el sistema defensivo del Madrid, un nuevo socio en la media para el triángulo y la posibilidad de ocupar el área con el futbolista que ocupe el vértice superior del rombo cuando Messi se acerque a la media, limitando las posibilidades de los centrales rivales de salir siguiendo al argentino.
Por último, señalar la remota posibilidad de que para contrarrestar esos posibles problemas en la defensa a banda, Guardiola alinee a Mascherano no como central sino como mediocentro, debido a su excelencia en transición defensiva, su capacidad de corregir en situaciones de inferioridad y su mejor interpretación de la caída a bandas en fase defensiva respecto a Sergio Busquets.
