Temporada 2009-10. Cuartos de Final de la Champions League. Arsenal-Barça: 2-2
Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Maxwell;Xavi, Busquets; Pedro, Messi, Keita, Ibrahimovic.
Las soluciones que aplicó Guardiola a los problemas del equipo fueron dos, por un lado un ajuste táctico que pusiera remedio a las carencias futbolísticas, y por el otro proporcionar el escenario más favorable a la mayor individualidad del planeta. Los dos partidos de la eliminatoria contra el Arsenal de Arsene Wenger en los cuartos de final de la Champions, seguramente sean los mejores ejemplos para ver la mejor cara de ambas propuestas. La vuelta, con la impactante e irreal exhibición de Messi anotando cuatro goles en el Camp Nou, y la ida, con los que, hasta entonces, seguramente fueran los mejores minutos de ese equipo.
El Emirates Stadium asistió a la primera hora de juego azulgrana con una mezcla de impotencia, admiración y alivio. Los de Guardiola se pusieron por delante con un 0-2, pero a tenor del juego desplegado, ningún resultado favorable a los culés, por abultado que sea, se podría haber considerado excesivo. El Barça arrolló en posesión, dominio y oportunidades. Los primeros minutos fueron una cascada de milagrosas intervenciones de Almunia o alguno de sus zagueros cuando el balón ya susurraba a la red.
El gol no llegó hasta el primer minuto de la reanudación, obra de un Ibrahimovic que parecía vencer a su particular maldición con la máxima competición del fútbol europeo. El sueco también sería el autor del segundo gol, muy similar al primero, aprovechando que un Song nada habituado a la posición de central, tras la lesión de Gallas, rompía la línea. Más tarde, en los últimos minutos empataría el Arsenal merced a los goles de Walcott y Cesc de penalty. Además, Guardiola perdía a sus dos centrales para el partido de vuelta en el Camp Nou. Pero ese iba a ser el partido de Leo.
