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Wenger

Este verano, en la mañana más optimista y positiva, cuando Arsène Wenger imaginaba cómo podía llegar a ser el Arsenal 2015-16, es probable que en su cabeza tomara forma un conjunto no muy distinto a lo que fue anoche el rival del Barça. Principalmente de inicio,

Temporada 2009-10. Cuartos de Final de la Champions League. Arsenal-Barça: 2-2

Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Maxwell;Xavi, Busquets; Pedro, Messi, Keita, Ibrahimovic.
La temporada 2009-10 seguramente sea la de menos nivel del Barça de Guardiola. La caída física de Henry y Márquez, las continuas lesiones de Andrés Iniesta y la llegada de Zlatan Ibrahimovic fueron las claves para explicar el cambio. Los mayores problemas del equipo: la falta de profundidad sin Eto'o ni Henry y la difícil convivencia -futbolística- de Ibra y Messi. Llegado el verano, Guardiola actuaría decisivamente, pero hasta entonces tocaba competir, en la Liga con un Madrid que obligaría a alcanzar los 99 puntos, y en Champions con el horizonte de una final en el feudo del máximo rival. La final del Bernabéu quedó a un paso.

Una temporada más el Barça estará en cuartos, y lo hará después de eliminar al Arsenal de Arsene Wenger dándole la vuelta al resultado adverso que arrastraba del partido de ida. Para lograrlo el equipo tenia claro su plan, le faltaban algunas piezas importantes que debían ser remplazadas para garantizar la efectividad del mismo, pero el camino estaba marcado: el partido estaba en las bandas. Ya la temporada pasada el equipo londinense le planteó al Barça una defensa dirigida a cerrar los espacios interiores, la zona donde normalmente aparecen los motores del Barça, los Xavi, Iniesta y sobretodo Messi. Cumpliendo con la manida metáfora de la manta que no puede cubrirlo todo, la lógica dice que al Barça es mejor regalarle las bandas, tanto porque sus hombres más determinantes se localizan en el carril central, como porque el juego basado en los centros desde el costado no es su juego. Esta temporada, además, ya no cuenta con los centímetros de Ibrahimovic, por lo que los centrales rivales, a priori, tienen toda la ventaja en un servicio aéreo lateral. Si además, como hizo el Arsenal en la ida, le dificultas la salida desde atrás, el Barça no encontrará su juego. En la ida, el Barça halló la solución y la manera de afrontar este escenario, y de su mano llegaron los mejores momentos del equipo, esos en los que un mayor acierto hubiese sentenciado la eliminatoria. Xavi apareciendo antes en la jugada, en su base, a la altura del mediocentro y en ocasiones todavía más próximo a los centrales que éste. El objetivo, una salida limpia minimizando el riesgo de pérdida. A partir de ahí, balón al lateral, libre y con espacios debido a la tendencia central del entramado defensivo del rival.  El siguiente paso no es el centro, sino la combinación. Concebir la banda como una zona más del terreno de juego en la que hilar jugada. Así, del mismo modo que cuando Messi o Iniesta reciben a la espalda de los mediocentros obligan a estos a retrasarse y permiten al Barça encerrar al rival y contar con más espacios en la media, con los laterales recibiendo a la espalda de los volantes, el Barça superó la presión del Arsenal y empujó a su línea de centro del campo contra la defensa. Esto provoca que la posesión sea más arriba, más espacios para los medios, lo que, si el rival plantea una defensa adelantada, dibuja el escenario perfecto para que el Barça decida mediante el pase en profundidad a la espalda de la zaga.

Una vez superados con solvencia los cuatro partidos posteriores a la derrota en el Emirates en la ida de los octavos de final de la Champions League, al Barça de Guardiola le toca hacer valer la ventaja del factor campo que le otorga su clasificación como primero de grupo, y dar la vuelta a la eliminatoria para alcanzar la siguiente ronda. La derrota del partido de ida no es positiva, pero perder por la mínima y anotando un gol, siempre es el mejor de entre los malos resultados. Tanto es así, que si el Arsenal no logra dos goles, cualquier victoria azulgrana le valdría para clasificarse o, en el peor de los casos, alargar el partido hasta la prórroga. El escenario no es el mismo que en las semifinales de la temporada pasada contra el Inter, pues entonces la empresa -remontar dos goles- si suponía un reto mayor. Tampoco el Arsenal es el Inter que entrenaba Mourinho por aquel entonces. El conjunto italiano seguramente era el equipo más preparado para defender en su propia área, con jugadores como Lúcio, Samuel, Cambiasso o Zanetti expertos en sobrevivir en este tipo de escenario. El Arsenal de Wenger, en cambio, es un equipo menos seguro atrás, individualmente menos preparado para superar situaciones de inferioridad y que, como el Barça, sufre sin balón. Por todo esto, será difícil que Wenger dirija su planteamiento a aguantar el resultado de la ida. Al Barça le vale el 1-0, y si el Arsenal no propone en ataque y trata de intimidar a la defensa azulgrana, será muy difícil que deje al F.C.Barcelona a cero.

Tanto Arsenal como F.C.Barcelona saltaban al césped del Emirates Stadium con sus onces esperados. En los locales, con la recuperación de Samir Nasri, la única novedad era la entrada en el lateral derecho de Eboué en lugar del sancionado Sagna. En el Barça, por su parte, el equipo de gala salvo la ausencia por lesión de Puyol que implica la entrada en el once de Maxwell y el desplazamiento de Abidal a la posición de defensa central. Durante la primera fase del partido tuvo lugar la disputa por el dominio del discurso del partido. El Barça trataba de imponer su partido: juego en campo contrario, posesiones largas, encerrar al rival en su área, localizar la pérdida cerca de la portería contraria, acumular muchos hombres alrededor del balón para que la presión sea más efectiva y reducir al máximo el tiempo que el rival destina a sus ataques. El Arsenal, por su parte, con la batalla por la posesión del balón perdida de antemano, buscaba defender arriba dificultando la salida desde atrás de los de Guardiola, cerrar espacios por dentro en mediocampo para recuperar el balón arriba, y alargar las fases de posesión activando a Wilshere, Nasri y Cesc.

El regreso de Van Persie: Uno de los grandes ausentes en el enfrentamiento de la pasada temporada, es en la actualidad uno de los hombres más importantes del Arsenal. Liberado de las recurrentes lesiones que le han perseguido al largo de su carrera futbolística, Van Persie se ha convertido en el principal peligro anotador del equipo londinense, consolidándose como hombre más adelantado del equipo, pasando por encima de jugadores como Bendtner o el fichaje estrella de Wenger esta temporada, el marroquí ex del Girondins Marouane Chamack. Es un delantero especialmente peligroso al espacio, que abandona constantemente el carril central para ganar la espalda de los laterales con sus desmarques sin balón. Se trata de un movimiento que a menudo obliga a los centrales rivales a desplazarse hasta banda generando nuevos espacios por dentro que puedan aprovechar las llegadas de segunda línea de futbolistas como Song o, sobretodo, Cesc Fábregas.