Para mí, una de las imágenes de Guardiola en sus duelos con el Madrid, se dio en el minuto cero del día del 5-0, cuando, antes de que el balón rodara, se desgañitaba en la banda ordenando el cambio de posiciones entre Piqué y Puyol al percatarse que Ronaldo partiría desde la derecha en contra de lo que se pensaba. El capitán, siempre sobre el perfil del portugués.
Cuando conocimos la sorpresiva alineación que presentaba Vilanova, creímos que el técnico recuperaría el doble lateral, pero lo que recuperó fue la doble marca desde con el central derecho. El lateral diestro -primero Alves y después Montoya- encimaba a Ronaldo. Salía tan lejos como fuera necesario para morder desde el mismo momento de la recepción. La consecuencia lógica de este tipo de marcajes a Cristiano es que el portugués supere a su par tirándosela en largo para ganar en velocidad. Ahí es donde interviene la segunda marca. El lateral se expone a ser superado, con la cobertura del central. Mascherano fue el designado para rememorar a Puyol.
El Barça sobrevivió al Cristiano con balón pero su organización defensiva ahora mismo no está para sostenerlo cuando no lo tiene. Ronaldo marcó dos goles, pero claro, es Ronaldo. La valoración del marcaje debe ser positiva. Puedes poner en práctica un buen planteamiento defensivo sobre el portugués e irte con dos goles suyos en el casillero. Como sucede con Messi en el lado contrario. Del argentino hablaremos mañana.