Será otro Villarreal
Este análisis del Villarreal será mentira. Porque los de Marcelino tienen tres hombres clave, tres futbolistas desde los que se explica, y dos no podrán estar en el Camp Nou: Bruno Soriano y Cani. Las dos bajas más dramáticas que puede tener el equipo, porque de los tres, Giovanni Dos Santos puede llegar a remplazarse (peor pero a remplazarse) pero ellos dos no. No tienen réplica. Sin ellos al Villarreal le toca hacer otra cosa. Sirva como prueba que para ambos el del sábado será el primer partido de esta Liga que se pierden.
El conjunto de Marcelino, como casi todos los Villarreales de los últimos tiempos, se ordenan sobre el campo a partir de un 1-4-4-2 de combinación ágil, laterales largos, puntas rápidos y volantes que se van al centro. Aunque se suela destacar de ellos su buen hacer ofensivo y su aprecio por el balón, el Villarreal también es siempre un equipo sólido atrás. Empezando por Asenjo, que tras un calvario de lesiones parece que en Castellón está pudiendo, por fin, dejar brillar sus tremendas posibilidades, pasando por dos laterales como Mario Gaspar y Jaume Costa que trabajan bien atrás y se incorporan con sentido al ataque, y terminando por la pareja de centrales. El jefe de la línea es Musacchio, rocoso central argentino que la temporada pasada en Segundo ya fue el mejor de la categoría. Por aquel entonces su pareja era Dorado, pero hace unas semanas, una lesión del ex-bético le dio la alternativa al brasileño Gabriel y éste se ha hecho fuerte. Todavía desordenado, la presencia de Musacchio está resultando muy importante en su incursión en el equipo.
Por delante, y aquí aparece el primer cráter, siempre está Bruno Soriano. Capital en la salida, vital en la gestación del juego e imprescindible en la recuperación, no sólo es uno de los hombres más en forma del campeonato, sino también uno de los mejores mediocentros de Europa. Como acompañante, Marcelino ha alternado entre un Pina del que se esperaba más y un Trigueros con cierto aire al viola Borja Valero. Frente al Barça, si no media sorpresa, serán pareja el uno del otro, lo cual es un problema porque ambos son mejor acompañando que siendo acompañados. Por el centro el Villareal sitúa a un jugador más fijo y posicional y a uno más liberado, y tanto Pina como Trigueros son de los segundos. Si el técnico no se inventa una solución en forma de reconversión de un central o similar, en el Camp Nou se encomendará a Pina en el rol de Bruno.
El juego del Villarreal, en salida, se orienta hacia la banda izquierda. Ahí está Cani -segundo bache- y es a partir de la recepción del aragonés que el ataque se ordena. Normalmente va hacia el interior, dónde se encuentra la compañía de Bruno por detrás y el apoyo de Gio por delante, pero también puede pisar raya e irse por fuera. Desde él crece el juego y se decanta hacia el perfil izquierdo. Mientras, en la derecha, bien Hernán Pérez, bien Javier Aquino, se aprovechan de la atracción. Sin Cani, lo normal es que ambos se repartan las alas, y si bien por nivel no se quedarán cortos, son otra tipología de futbolista distinta al ex-zaragozista. Sin él y sin Bruno, al Villarreal le tocará re-inventarse, tanto en salida como en fases más avanzadas.
El Villarreal es un equipo que contragolpe rápido. Tiene las ideas claras y no fallan un pase. Pero sabe cambiar de disfraz y si el rival repliega, desarrolla un ataque estático rico, con permutas, control y, otra vez, un muy alto grado de acierto técnico.
Seguramente el recurso para hacer frente a las ausencias, a poco que el Barça apriete con cierto orden arriba, serán los puntas. Tanto por las caídas a ambos costados de Giovanni Dos Santos como por el envío directo. Por este motivo, de los tres posibles acompañantes del mexicano arriba, a estas horas seguramente partan con ventaja Uche y Perbet sobre Jonathan Pereira. Ambos ofrecerían una salida alternativa a un equipo que no tendrá la que habitualmente utiliza. También el mexicano sabe ser protagonista tras el envío directo, y en el Camp Nou, dadas las circunstancias, deberá serlo si su equipo quiere llevarse botín. Tiene físico para aguantarla y calidad para darle sentido. Para empezar abierto e irse hacia dentro, y para soltarla al compañero que llega. A Marcelino le toca encomendarse a Gio, y que Pérez, Aquino y Uche (o Perbet) le generen el espacio.
El perfil de Dos Santos, de haber estado Cani, habría sido el izquierdo. El volante se llevaría al lateral culé hacia dentro y las caídas del punta mexicano obligarían a Piqué a defender en banda, donde se muestra más vulnerable. Con el otro punta aprovechando la distancia entre centrales y las dudas de Mascherano, sonaba bien. Incluso era (y quizás todavía sea) un día para jugar con Bartra. Pero será otro Villarreal. Quizá otro partido.