Holanda está en forma
En el grupo de la vigente campeona de Europa y del Mundo, en la última jornada, Holanda y Chile se enfrentaron entre ellas estando ya ambas clasificadas. Pese a lo meritorio e inesperado del escenario, evitar el cruce con Brasil era premio suficiente como para que ninguna de las dos se reservara nada en su tercer partido en Brasil. Solamente con Arturo Vidal, que llegó al Mundial cogido con alfileres, se evitaron riesgos, de modo que el futbolista de la Juventus ocupó un lugar en el banquillo de Sampaoli. Si en Chile el resto era el equipo esperado, más cambios hubo en el once que presentó Van Gaal, con una novedad en cada línea. La obligada ausencia de Van Persie el técnico holandés la solventaba dando entrada a Lens,que formaría arriba junto a Robben, en la media Wijnaldum ocupaba la plaza de De Guzmán, y en defensa el carrilero izquierda era Kuyt.
Cuando se conocieron las alineaciones, la entrada en el equipo holandés del, en realidad, delantero del Fenerbahçe, nos hacía pensar a todos en un 4-3-3 con Blind en el lateral izquierdo y Kuyt, Robben y Lens arriba. Pero cuando el árbitro plantó el balón en el círculo central ya pudimos adivinar que las intenciones de Van Gaal eran otras. Kuyt se emparejaría con Mauricio Isla en el sube-baja de la banda izquierda que defendían los tulipanes. El que fuera delantero fetiche de Rafa Benítez es más atento, constante y esforzado que Blind, el cuál, como central izquierdo en una defensa de cinco, quedó encarado a la defensa sobre Alexis Sánchez.
La idea colectiva de Van Gaal era ceder la iniciativa a Chile, abrigarse atrás y dejar que La Roja se desnudara para después matar a la contra. A nivel individual, la fase defensiva organe dibujaba cuatro emparejamientos cara a cara, por el carril central, de Blind, De Jong, Wijnaldum y Sneijder, con Alexis y los centrocampistas que Chile dispone por detrás del azulgrana. Cortocircuitar por dentro, igualar la batalla por fuera sin que el centro al área preocupara demasiado, y salida rápida tras recuperación, con un Lens especialmente fino en sus movimientos creándole los espacios a Sneijder y Robben. Una Holanda muy sólida a la que sólo desarbolaban los apoyos largos que lanzaban tanto Vargas como Alexis Sánchez. Especialmente los del de Tocopilla, pues además de servir para descargar para la entrada de un interior -aquí Chile echó de menos a Vidal- los giros del delantero sobre su propio eje eran uno de los pocos factores de desequilibrio que encontraba su selección.
Movió con maestría su banquillo el bueno de Louis, pues Fer y Depay fabricaron los dos goles, aunque sorprendieron los cero minutos para Huntelaar ante un rival que sufre en los balones colgados al área. Tendremos ocasión de verlo ante Brasil y ante Fred, aunque el brasileño siga mal. A Holanda, por su parte, le toca México, un duelo de estilos maravilloso. A priori, un cara a cara entre dos dibujos idénticos. Veremos si Van Gaal nos sorprende. Se le ve en forma.