
El Dortmund tuvo opciones, y de hecho se adelantó en el marcador, pero los locales tenían cómo cruzar la divisoria y una vez en campo rival, Götze, Robben y el 9 polaco, llevaron peligro sobre la meta de un inspirado Weidenfeller tras superar las vigilancias prácticamente individuales que le planteaba su rival. Probablemente por eso, tras el descanso y con ventaja en el luminoso, Klopp mandó replegar para cerrarle esas opciones al Bayern y hacer valer a su favor una contra que le había permitido anotar el único gol que reflejaba en ese momento el tanteador. El Bayern, no obstante, continuó encontrando facilidades para juntarse arriba y agilidad para crearse sus opciones, apoyados sobretodo en un sector derecho que juntaba a Robben, Lahm, Müller y al que se sumaba Benatia viniendo desde atrás.A su espalda, las piernas y concentración de Boateng sofocaban cualquier conato de contra de un Borussia que siempre las lanza con peligro pero que en esta ocasión lo hacía desde un escenario no demasiado alentador. Con el partido claramente de su lado, Pep buscó la verticalidad y resolución de Ribery, que entró en sustitución de un notable Mario Götze y el francés resultó decisivo en los dos goles que certificaron la remontada bávara y en otras tantas ocasiones. Fue una victoria local basada en la profundidad, en la de su banquillo y en la que, esta vez sí, encontró sobre el terreno de juego ante la telaraña tejida por Klopp. Uno es más líder, y el otro ya está empatado con el colista.
