
De punta a punta
Hace diez días, Barça y Villarreal nos regalaron uno de los mejores partido de lo que llevamos de temporada en España. Un encuentro muy bien jugado por ambas partes, con alternativas, cinco goles y alguna actuación individual destacadísima. Con el duelo de Liga como punto de partida, ambos conjuntos se enfrentarán hoy en el primero de los dos partidos que debe permitir, a uno de ellos, disputar la final de Copa del Rey. Por distintos motivos,hoy muchos de los focos buscarán a Luciano Vietto y a Luis Suárez, pues a fin de cuentas en eliminatorias la importancia del gol se dispara, y ellos dos serán la punta de lanza de sus equipos.
El argentino se coronó en el Camp Nou. Su partido fue una de las mejores actuaciones individuales del curso, en un rival que se haya enfrentado al F.C.Barcelona. El siete amarillo no sólo anotó un gol, sino que fue la principal clave de la transición ofensiva de su equipo. La pieza que en un terreno de juego con las dimensiones del azulgrana, permitió a su equipo llegar y llevar peligro sobre el arco de Claudio Bravo, aún destinando muchos esfuerzos en cerrarle las opciones en ataque a los culés, cerca del área de Asenjo. Es frecuente en la contra del Villarreal, probablemente la mejor de la Liga, apoyarse en un pase atrás inicial que sirve para cambiar el ritmo a la jugada y el paso al adversario. Un balón de cara al pasador que puede tocar rápido y sin necesidad de giro, y una atracción del defensor hacia el esférico que es contestada con un envío a su espalda. Se trata de un mecanismo apreciable en cada partido de los de Marcelino, que contra el Barça no sólo fue vital para dar ese toque de más que regalara a los amarillos el tiempo para incorporarse juntos, sino que se ensañó de manera especial con las características del mediocentro azulgrana.
Sergio Busquets es un futbolista que salta a la presión con suma facilidad y que por norma siempre busca el robo en campo contrario. Es su zona fuerte a la hora de defender. Rara vez contemporiza, guarda posición o permite que el rival reciba sin agobio, y es habitual verle abandonar su puesto en persecución de un adversario libre, más allá de la altura que ocupan sin balón los interiores del equipo o incluso alguno de sus delanteros. Apercibido, Marcelino enfocó y preparó a Vietto para castigar el comportamiento del catalán. Luciano, con un cuantioso volumen de juego entre líneas, reclamaba el acercamiento de Busquets, pero como si de un juego consistente en alejar el balón del mediocentro se tratara, sabiendo que éste lo perseguiría, tocaba de espaldas sin intención de girarse con el cuero, hacia un compañero más retrasado. Acto seguido, mientras Sergio prolongaba su carrera hacia adelante para robar una pelota que cada vez se le alejaba más, ahora sí, Vietto se daba la vuelta y salía a la carrera. Junto con él Giovanni Dos Santos y Cheryshev, pudiendo ser uno de ellos quien condujera el balón. Las tres flechas lanzadas, sin el mediocentro a modo de muro de contención y, al menos así fue hace dos domingos, con Alves normalmente por delante de la pérdida. Un tres para dos ante Mascherano y Piqué del que, por ejemplo, nació el primer tanto del Villarreal.

Dos jugadas del Barça-Villarreal en que, recibiendo de espaldas, Vietto elimina a Busquets de la transición permitiendo a su equipo contragolpear en superioridad. En la serie de la izquierda la contra finalizó con el primer gol visitante, mientras que en la de la derecha Dani Alves desbarató el peligro.
En el partido de Liga, la posición adelantada y abierta de Dani Alves fue un problema tanto por sus consecuencias como por sus causas. En lo primero implicó, como describimos la semana pasada, que el cuadro catalán perdiera a un futbolista por detrás de la pelota a la hora de defender las transiciones defensa-ataque del Villarreal. El comportamiento del lateral brasileño, sin embargo, vino provocado por la tendencia de Leo Messi a cerrar su posición hacia el centro, algo que además de mandar arriba a Alves rompió el sistema de juego desde el que más competitivo se ha mostrado hasta la fecha el Barça de Luis Enrique. El que fija en las bandas, de partida, tanto al argentino como a Neymar. Si Leo abandonó su papel en la orilla y se trasladó hacia el centro fue, muy probablemente, por dos motivos principales: en primer lugar porque la autoritaria superioridad que demostró su equipo durante los primeros veinte minutos de encuentro no se tradujo en goles por el desacierto de sus compañeros a la hora de finalizar, y en segundo porque el Villarreal, con Jaume Costa, Cheryshev y Bruno, logró controlar bastante bien su regate. Especialmente el pivote izquierdo, se decantó hacia la banda más de lo que sería normal en un escenario distinto, primando la defensa sobre Messi a la vigilancia de un carril central por el que el Barça produce bastante menos.
Activar a Luis Suárez tanto en su ansiada faceta realizadora como en el juego intermedio, sería una de las mejores noticias para el Barça de cara a esta eliminatoria. Ya sea para sacar partido de la atención que generan los otros dos cracks abiertos a banda, como para obligar al rival a cuidarse también de lo que sucede por dentro, rebajando así su acoso a los “extremos”. Facultades no le faltan, y parece cuestión de tiempo que su adaptación al equipo, a la Liga y a sus rivales cristalice en la principal mejora del Barça actual. Si logra intimidar dentro del área y sobretodo fuera de ella, en esa frontal que tan hábilmente conquistaba en Liverpool y donde últimamente está mostrando un desacierto técnico que no le es propio, parar al Barça de los tres tenores defendiendo en posicional, va a ser un reto mayúsculo para cualquiera.