Una de datos llamativos
De las siete únicas victorias que suma el Barça B en esta temporada 2014-15, cuatro se han producido más allá de la cuarta jornada. Esto es, el filial sólo suma cuatro partidos ganados de los últimos 25. Pues bien, en ninguno de estos cuatro Sergi Samper jugó de inicio. Segundo protagonista: Joan Román. En sus escasas titularidades de Liga, ha ganado cuatro encuentros y ha empatado otros tres. En total, en la docena de partidos que ha jugado de inicio, ha participado en 15 de los 28 puntos con que actualmente cuenta su equipo. Más de un 50% en un conjunto que no alcanza a sumar el 32% de los que pelea. Reconocer, de entrada, que quien las escribe es el primer sorprendido por estas cifras, de modo que el ejercicio que se realizará a continuación será más una exploración que una tesis. La búsqueda de algún porqué a los inesperados números expuestos en este párrafo de introducción.
¿Qué pasa cuando está Samper?
Lo dijimos la semana pasada, el mediocentro del filial es una de las notas positivas del Barça B en esta temporada por otro lado tan aciaga. Rendimiento individual en mano, está siendo de los mejores, crece aunque sea desde las adversidades a las que su propio equipo le obliga, y está siendo capaz de ofrecerle soluciones a sus compañeros. Es el principal iniciador del juego en un equipo que, sin interiores puros, tiende a separar en exceso los dos niveles de su mediocampo. A Sergi, avezado pasador, le toca conducir la pelota en más ocasiones de las que le gustaría para que ésta avance. La separación entre las líneas demasiado a menudo lo aísla y le desconecta el pase, y la poca especialización de sus compañeros de línea en el puesto dificulta la construcción de una estructura basada en la circulación del cuero. Apenas hay elaboración efectiva, cuesta generar ocasiones de peligro y establecer la posesión arriba, con lo que tras cualquier pérdida su posición y la de una zaga demasiado propensa al error, queda expuesta.
¿Y cuando no juega?
En ausencia de su mediocentro titular y sin un recambio que se le parezca demasiado, la alternativa del Barça B no pasa por practicar un juego directo para el que tampoco tiene hombres, sino en dar mayor importancia a la hora de iniciar a su sector izquierdo. Edgar Ié y Alejandro Grimaldo son los encargados de tomar el testigo de Samper, y se apuesta por ganar metros por zonas más próximas a la cal. Con esto suceden dos cosas. La primera, que el riesgo de esta salida es menor, ya que si el rival mete el pie resulta más probable que la jugada termine en un saque de banda que en un balón dividido, y la segunda, que en caso de que toque pelear un rechace, la salida exterior vía central y lateral izquierdo permite al filial volcar a más piezas sobre ese sector. De este modo, de perder el control del esférico, central, lateral, mediocentro, interior y extremo, ahora sí, estarán juntos y en disposición de ganar la segunda jugada o controlar mejor las consecuencias de que la gane el rival.
¿Qué le da al equipo Joan Román?
En el Barça B, el de Reus es lo más parecido a lo que fue Denis Suárez la temporada pasada. Ya que se intuye que a Halilovic no se le va a dar el extremo derecho, a priori Joan Román es el único futbolista de la plantilla que permite reproducir algunos de los mecanismos que el año anterior solventaron dificultades hasta cierto punto parecidas. A un nivel inferior, por supuesto, pero permite una estructura de la que por el momento el filial carece. Se trata de un delantero que recibiendo en banda -en este caso la izquierda- aguanta la pelota, se dirige a la frontal y posteriormente la suelta hacia atrás de cara para el interior. Con esta acción logra alcanzar dos metas. En primer lugar, permite al equipo adelantar y juntar líneas cerca de la frontal contraria, y en segundo, brinda un pase y un escenario más ventajoso a unos interiores que muy a menudo son mediapuntas. Como el curso pasado Espinosa y Edu Bedia, recibiendo del extremo, los Cámara, Gumbau, Bicho o Halilovic no tienen que girarse para orientarse a portería ni bajar a la base para recoger el balón de los pies del mediocentro. Es la llave para, por lo menos, situar los ataques arriba.
¿Y cuando no está?
Como se esperaba, una vez Munir y Sandro han vuelto a integrarse en la disciplina del segundo equipo, Joan Román se ha caído del equipo titular. Los dos son mejores que él, pero tan diferentes que con ellos los mecanismos son distintos. Los dos delanteros, mucho más profundos y con el área pequeña entre ceja y ceja, estiran y ocupan zona de remate. Son dos cualidades que el Barça B echó de menos cuando jugando con una delantera formada por Adama, Dongou y Joan Román, al ataque le faltaba instinto. Ahora con los dos sumados a Adama, arriba nadie se para ni da tiempo para que las otras líneas lleguen. Y lo necesitan, porque Samper empieza desde muy atrás y los interiores no pesan. Lo hace un poco más Muir, pero en el centro, donde hay menos tiempo y escapatoria. Sirva como resumen la victoria en Mendizorroza contra al Alavés. Román abandonó el campo lesionado con 0-3 para su equipo, y en un segundo tiempo descontrolado el Barça B terminó pidiendo la hora y encomendándose a un penalti fallado por los locales para mantener a resguardo los tres puntos.
agonco 24 marzo, 2015
Pues el filial va de mal en peor, la destitución de Eusebio por Vinyals no parece haber sido acertada ya que el equipo no remonta el vuelo con los buenos jugadores que tiene, tiene jugadores muy buenos en la plantilla pero como bien dices, plantilla descompensada, sobre todo en los interiores ya que solo Gumbau, Samper y Pol son MC o centrocampistas puros, el resto son delanteros o MPs.