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¿Cómo recibe goles el Barça 2014-15?

¿Cómo recibe goles el Barça 2014-15?

El Barça de esta temporada es un equipo, por lo general, muy poco preparado para defender cómodamente en campo propio. Ni por estructura, conceptos, ni por determinadas individualidades, es un escenario en el que se muestre fuerte; una debilidad agravada por el hecho de que, hasta hace pocas semanas, si un rival asumía el riesgo de ceder espacios a su espalda para jugarle arriba, los de Luis Enrique tampoco hacían mucho por impedírselo. La supervivencia, llegado el caso, se ha basado sobretodo en el acierto de sus guardametas y, por encima de todo, en el papel que ha jugado un colosal Gerard Piqué. No es de extrañar, por lo tanto, que la mayoría de goles encajados por los azulgranas defendiendo en posicional lleguen justamente en dos tipos de acciones que tienden a desactivar el factor corrector del central catalán.

Con centros desde línea de fondo – Defensa posicional (I)

centroEl primero de ellos, origen de seis de los goles que ha encajado esta temporada el equipo, consiste en los centros desde la banda cuando el rival ha logrado conquistar la profundidad del costado. En este tipo de jugadas, al Barça le penaliza el hecho de descolgar en ataque a sus tres delanteros, teniendo que afrontar muchas veces, pues, la fase defensiva con una línea formada solo por tres hombres delante de la zaga. Como tampoco los interiores son un prodigio en labores de contención, es frecuente que los laterales se enfrenten a situaciones de igualdad o inferioridad numérica en banda que, en el peor de los casos, obliga al central a abandonar la banda para auxiliar al compañero. Es en ese punto que el área del Barça se convierte en vulnerable, sobretodo si es Piqué quien acude al costado. Por eso los culés sufren más cuando es a su derecha que el rival gana la línea de fondo, tanto porque en la izquierda Neymar aporta un retorno superior que en ocasiones incluso puede llegar a dibujar línea de cuatro, como porque la salida a banda del central izquierdo permite mantener en el corazón del área a Piqué.

En el área – Defensa posicional (II)

areaAlgo similar sucede cuando el contrario presenta dos referencias en el área. Ni Busquets -sin balón más dado a presionar que a ajustar posicionalmente- ni los laterales habituales son hombres que encajen demasiado en las funciones de un tercer central que permita la superioridad en el centro de la zaga, de modo que cuando el frente de ataque del rival lo conforman dos jugadores, es la pareja de centrales culé la que se empareja con ellos hombre a hombre. De este modo, con Piqué sujetado en una de las dos vigilancias, el Barça ve como se le desactiva el mayor factor corrector de que dispone ante cualquier desajuste, que atendiendo a las características del resto de piezas defendiendo en campo propio, no es extraño que se produzca. Ajax con Milik y El Ghazi, Paris Saint Germain con Cavani, Ibra y Matuidi -aquel día fue un tres para tres-, Manchester City con Agüero y Silva o Real Madrid con Benzema y Cristiano Ronaldo, han sacado provecho de esta debilidad no con una pareja de nueves sino con la aparición en el área bien de un hombre de segunda línea bien de un futbolista de banda.

Tras una mala ejecución de la presión en campo rival – Defensa en transición (I)

mala presionDurante buena parte de la temporada la transición defensiva del Barça de Luis Enrique no ha estado todo lo bien engrasada que cabría esperar. Hasta hace unas pocas semanas, especialmente cuando Messi jugaba centrado, cualquier pérdida en ataque se traducía en un contraataque rival muy cómodo, que nadie era capaz ni de interceptar ni de contemporizar y que alcanzaba la zona de los centrales culés lanzado y con todo a favor. Es sintomático, en este sentido, que al Barça apenas le han marcado de contraataque con un balón a la espalda de la defensa, sino que normalmente el contrario ha podido llegar arriba conduciendo el cuero. Lo abierto que en según qué tramos de la temporada han jugado los interiores, lo alta de la posición de los laterales y la tendencia de Sergio Busquets a saltar a la presión siempre incluso de forma muy individual y sin una situación colectiva previa que lo potenciara, por momentos han abierto una brecha entre los dos centrales y el resto del equipo por la que el contraataque rival ha podido transitar sin apenas oposición. De un tiempo a esta parte, sin embargo, la situación es distinta. Los interiores juegan más cerca del pivote y el importantísimo cambio de rol en Dani Alves dan a la transición ataque-defensa del Barça mayor estructura y un mejor contexto para que su presión sea dominante.

Tras una pérdida en el inicio de la jugada – Defensa en transición (II)

perdidaNo es el inicio de la jugada el mejor registro del Barça de Luis Enrique. Todos los futbolistas implicados, como se comprobó en San Mamés, tienen pie para salir airosos y pocos equipo juntan una pareja de guardametas más capaz en esta suerte, pero los mecanismos para sacar el balón jugado no están especialmente asentados en el funcionamiento general del equipo. Si se le presiona arriba sufre, ya que las soluciones no parecen ser lo suficientemente automáticas. La capacidad del jugador para leer y ejecutar es el principal aval, pero la capacidad individual de los azulgranas que participan en este momento del juego, no ha evitado algunos errores en salida que han terminado por traducirse en gol.

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