
Revulsivos que bien por sus características individuales o por su impacto en el comportamiento colectivo del equipo, sean, desde el banquillo, un recurso útil para el entrenador del que echar mano según las necesidades del juego. Con tres titulares que situados en banda tienden por naturalidad a buscar la diagonal hacia el área o la frontal, por ejemplo, la bala en la recámara de delanteros que amenacen por fuera es una solución rápida y sencilla para que el entrenador modifique el escenario ofensivo a enfrentar por los rivales. Un fuera-fuera que no descubra la espalda de los laterales propios, que cargando el área con Suárez evite que el adversario pueda regalar la banda o que estirando el sistema defensivo contrario hacia el banderín, permita conquistar la frontal mediante el pase atrás, es una variante que la plantilla agradecería a la hora de actuar sobre encuentros cerrados en los que el rival se hace fuerte custodiando el acceso central a zona peligrosa.
El canterano Adama Traoré o el cedido Deulofeu responden a ese perfil de delantero. En la derecha el del filial y en cualquiera de las dos bandas el de Riudarenes, ambos son además futbolistas explosivos, con cambio de ritmo y uno contra uno, características óptimas para calentar un segundo tiempo en pocos minutos. Chinchetas clavadas cerca de la cal que planteen algo distinto y permitan nuevas maniobras tácticas al entrenador en los puestos de ataque. Gerard, además, al potencial que todavía se le supone y que pese a su irregular campaña ha insinuado también con Unai Emery, suma instinto y gol. Termine o no de explotar, de enriquecer su juego por el carril central o de mejorar a la hora de tomar decisiones, el futbolista que es hoy suma variantes valiosas. Cabe mencionar también el nombre de Cristian Tello. A préstamo en Portugal sin que se contemplara en exceso su posible regreso al Barça, lo cierto es que el salto dado esta temporada debe, por lo menos, tenerse en cuenta. El jugador que salió de Barcelona era un delantero muy concreto, de banda izquierda, con físico, arranque y una única jugada. La de Neymar o Henry rematando al palo largo entrando desde el lado débil del ataque a pase de Messi desde la derecha. Sin embargo, de la mano de Lopetegui, el futbolista ha ganado en matices. Con el balón suma incluso desde una banda derecha que antes le hacia desaparecer. Visita la frontal, su implicación con el juego ha aumentado, saca el balón parado y reparte asistencias con más repertorio que el pase de la muerte desde línea de fondo. El Oporto manda, pues es quien se reserva una opción de compra sobre el jugador, pero Cristian ha entrado en la terna con justicia pudiendo aportar en más registros que el de wide receiver a servicio de Leo Messi.
No obstante, los movimientos se suceden, y la apuesta del club para ese perfil apunta a ser Aleix Vidal, incorporado desde el Sevilla y quien con Alves renovado parece, a priori, que tendrá más protagonismo arriba que en defensa. Encaja en el papel que hasta ahora hemos descrito. Eléctrico, bullicioso y veloz, es además un futbolista tremendamente versátil, que no solo puede rendir en varias demarcaciones sino que además puede hacerlo de formas distintas. Probablemente su mejor versión la veamos cuando juega por fuera y en vertical, pero su fútbol admite matices más interiores y con balón de los que ya ha echado mano en alguna ocasión Unai esta temporada en Sevilla. El análisis detallado de su encaje en el Barça del próximo curso lo realizaremos a medida que se aproxime la fecha de su debut, pues entonces tendremos mucha más información de cual será el discurrir del equipo el curso que viene, pero en el contexto de este artículo era obligado tenerlo en cuenta pues muy probablemente su fichaje ahora vaya a cumplir un rol que descarte los regresos de Deulofeu o Tello, e incluso el ascenso de Adama.
·Sobre la temporada de Adama en el Barça B
Otro de las soluciones que puede manejar la secretaría técnica y el cuerpo técnico para sumar recursos a la plantilla desde las limitaciones que tendrá este verano, es la figura del cuarto centrocampista. Camuflado de delantero, se trata de un delantero que desde la línea más adelantada tienda a acercase a la medular y que en ocasiones actúe como un mediocampista más. En el Barça no hay que irse muy lejos para descubrir esta variante, pues en el modelo anterior, tanto Guardiola y Vilanova como el Tata Martino utilizaron en esta función a futbolistas como Iniesta, Cesc o Thiago Alcántara. No tanto así Luis Enrique, que pese a seguir teniendo en nómina al manchego y recuperar este verano a Rafinha, en contadas ocasiones ha recurrido a ellos como teóricos delanteros. A partir de julio, podría ser que contara para ello con dos opciones más: Denis Suárez y Halilovic. El gallego, de quien hablamos ayer, en las filas del filial azulgrana firmó la mejor temporada de su carrera jugando, precisamente, en la banda izquierda del ataque, siendo pausa y origen del juego de ataque del equipo. Lo mismo sirve para Halilovic pero en su caso se lo hemos visto en el extremo derecho. Conducción, regate, visión en el pase y una marcada tendencia a la asociación y a la mediapunta. Jugando en la línea más adelantada o entrando en la medular para empujar a Iniesta o Rafinha a subir un escalón, ambos pueden servir para aumentarle unos grados al juego cuando el arma se encasquille.
Alen Halilovic:
Temporada dura la del croata en el filial. Previsto como una escala en la que evitar focos y presión durante la aclimatación al club, a la ciudad y al estilo de juego, su año en las filas del Barça B ha estado marcado negativamente por los problemas de indefinición futbolística que ha sufrido el segundo equipo y por las dificultades para afrontar el proceso de reconversión al que, por ahora, le ha querido someter el club. Si Alen llegó a Barcelona siendo un extremo derecho que en determinados movimientos podía recordar posicionalmente al Messi adolescente, como azulgrana desde el primer día se le ha dirigido hacia la demarcación de interior. Principalmente el derecho. Quedará por ver ahora si lo de esta temporada se trataba de un ejercicio para que el jugador creciera desde una posición que no lo es natural o el primero de los pasos para terminar convirtiendo a Alen en centrocampista.
Sea una cosa u otra, en todo caso, serán los años los que marquen qué tipo de jugador es el croata y en qué demarcación lo es. A su edad no es tan extraño no tener residencia fija, sino que lo interesante ahora es que pueda rascar minutos de aquí y de allá. Como aquel Iniesta que rondando la veintena en el incipiente Barça de Rijkaard participaba en cualquier posición de mediocampo hacia adelante, creciendo y absorbiendo fútbol acompañado de los mejores. Después de un primer año nada fácil y hecho ya a su nuevo ecosistema, el siguiente escalón para Halilovic es ese. Entrenar cada día junto a Messi, Neymar o Iniesta con Rakitic de cicerone, y asomar la cabeza en los minutos que el cuerpo técnico le procure a su joven perla. En un verano sin fichajes y con Aleix Vidal fuera de concurso hasta el mercado invernal, debería tenerlos más fácilmente que en otro tipo de escenario.
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