El Villarreal de Soldado contra el Barça de Neymar
El Villarreal cambió en verano a toda su delantera. Si hace unos meses Marcelino García Toral podía escoger entre Vietto, Giovani dos Santos, Joel Campbell, Cheryshev, Uche, Moi Gómez y Gerard Moreno para ocupar las posiciones de ataque, hoy el septeto amarillo lo componen Adrián, Denis Suárez, Samu Castillejo, Samuel García, Bakambu, Léo Baptistao y Soldado. Una renovación total que pese a la buena línea de resultados, ante la necesidad de ensamblar tanta nueva pieza, se ha sentido en cuanto a la fiabilidad del juego. No ha sido fácil el encaje de los cuatro futbolistas más adelantados del esquema, pero cuando la ofensiva se establece en campo contrario y de forma posicional, las últimas semanas han venido mostrando una mejora clara sobre todo cuando los castellonenses han formado con dos referencias arriba. Jugando así es cuando más libertad tiene Roberto Soldado, un delantero que en su regreso a la Liga parece otro y que está ofreciendo los mejores toques y movimientos en la frontal de su equipo y de su carrera.
Y el Villarreal los necesita, porque los hombres que se alternan en las teóricas posiciones de banda no han encontrado en este inicio de curso la fluidez que les permita activarse entre líneas con regularidad y en ventaja. Por eso su aportación en este sentido mejora cuando su equipo usa el 1-4-4-2, pues por un lado el esquema retira la pieza que en la mediapunta les ocuparía el lugar de destino, y por el otro la movilidad que ganan los puntas y sus caídas al costado, prácticamente los empujan a irse hacia dentro para que Bruno Soriano o Trigueros los encuentren con un pase vertical. Denis, los Samus, Nahuel, Jonathan o incluso un Mario Gaspar que desde el lateral está aprovechando lo que parece una mayor tendencia de Dos Santos al juego de banda, son futbolistas potencialmente muy peligrosos si conquistan la zona del mediocentro contrario. Contra el F.C.Barcelona y en el Camp Nou, sin embargo, el escenario normalmente cambia. El rival tiene menos balón que los azulgranas, sus hombres de ataque ven de lejos el arco rival y pocos caminos le quedan para llegar a él que no sea el contraataque.
Desde estas premisas previas se hizo fuerte el conjunto de Marcelino la temporada pasada, siendo uno de los equipos “no grandes” que más vías de agua abrieron en la transición defensiva del Barça. Lo conseguirían gracias a un perfecto contraataque que tenía a Luciano Vietto como punto de origen, recibiendo a espaldas de Sergio Busquets cada vez que el mediocentro azulgrana saltaba a la presión tras pérdida. Tanto y tan bien aprovechó el argentino esta singularidad del centrocampista catalán en fase defensiva que, tanto en Liga como en Copa, Luis Enrique terminó optando por ubicar a Javier Mascherano en el lugar del canterano. Pero la que fuera mejor contra de la Liga ha perdido a Luciano, así como a Gio y Cheryshev, los encargados de correrla después de que el delantero la acelerara recibiendo entre líneas. En su lugar, ninguno de las caras nuevas ha logrado hasta ahora liderar una transición defensa-ataque rápida como hicieron ellos. Por lo que respecta a la otra mitad del plan, la defensiva, las ausencias de Messi y Rafinha -titular en todos los duelos contra el Villarreal de la pasada temporada- aligerarán la zona de Bruno y Jaume Costa, pero en el otro costado la ausencia de Eric Bailly condiciona el planteamiento de Marcelino.
Musacchio sigue fuera y contra Suárez y Neymar los 34 años de Bonera no parecen garantía, por lo que es probable que el técnico visitante opte por resituar a Mario Gaspar en el centro de la zaga. La planificación ha dejado un agujero ahí en la plantilla amarilla, de modo que no será la primera vez que el lateral tenga que modificar su posición, pero contra el Barça de Neymar este cambio merece una consideración más amplia. Mario Gaspar pasa por ser uno de los laterales que mejor han defendido al dorsal 11 del Barça desde que éste llegó a España, lo cual cobra todavía más valor teniendo en cuenta que el momento actual del equipo y el jugador le dan al brasileño una preponderancia absoluta en el plan de ataque culé. También por eso, no obstante, el Neymar del último mes es un Neymar menos presente en banda y más en el carril central, que es donde ostente su nueva condición de líder. Es posible, pues, que el cambio de estatus de uno y de posición del otro vuelva a cruzarlos. Claro que por ahí estará Luis Suárez, para evitarlo o para aprovecharlo.
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