
Oportunidad con trampa
Hoy el Barça apenas se juega nada. Llega a la sexta jornada de la fase de grupos sabiéndose clasificado como primero de forma matemática, una situación que a Luis Enrique le permitirá conceder varios descansos a los futbolistas más castigados o a aquellos que entienda que más debe proteger. Por lo pronto, junto a Dani Alves sancionado, se han quedado en casa Gerard Piqué y Andrés Iniesta. Tampoco estará Sergi Roberto, todavía sin el alta médica, por lo que a la hora de completar la convocatoria con jugadores del filial, de lo que se ha nutrido el técnico de la primera plantilla es de centrocampistas. Todos lo son aunque Juan Cámara, en su condición de mediapunta, también puede formar sin problemas en la delantera, y de hecho es esta la línea que más regularmente ocupa en el Barça B de Gerard López. Apostar de inicio por uno de los canteranos, sin embargo, puede entrañar cierto riesgo. No para el equipo, que llega con los deberes hechos, sino para el futbolista. Porque mientras el conjunto azulgrana afronta el duelo sin presión ni responsabilidad, en frente el Bayer Leverkusen se jugará el pase a octavos ante su afición y con la posibilidad de servirse de una hipotética bajada de tensión culé para responder con su habitual dosis de intensidad máxima.
Cierto es que desde que lo entrena Luis Enrique, el Barça solo ha dejado de saltar al campo con la total concentración en la ida de la Supercopa, pero de comparecer inoportunamente la relajación, contra el estilo vertical e intenso de los alemanes, la línea que más va a sufrir las consecuencias será la medular. Los de Roger Schmidt presionan y transitan a gran velocidad, y ninguno de los canteranos que han sido llamados son precisamente especialistas defensivos capaces de sobrevivir cuando el rival tenga el balón si su equipo no les acompaña. Con solo Busquets y Rakitic como medios habituales en los mayores, la alternativa sería adelantar la posición de Mascherano como descargo a los más jóvenes, lo que con toda seguridad depararía una nueva oportunidad para Marc Bartra en el centro de la zaga, viéndoselas con el insistente Chicharito. La tercera solución, asumiendo que sin Alves las opciones de ver a Adriano en mediocampo son escasas, pasaría por que Luis Enrique utilice el encuentro para volver a trabajar sobre su dibujo alternativo. Ese 4-2-3-1 que la temporada pasada se armaba con la entrada de Pedro Rodríguez en lugar de uno de los centrocampistas y que este curso mostró una nueva versión, de inicio ante el Levante en el Camp Nou, con Munir donde el canario.
Artículos relacionados:
- Victoria sin coronación
- Cuando Marc Bartra anticipa
- Sorpresas pero distintas
- Munir y Sandro se separan