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Fue un duelo entre dos colosos

Fue un duelo entre dos colosos

La temporada pasada, cuando llegó al banquillo del F.C.Barcelona, Luis Enrique tomó la comprometida decisión de dejar aparcado el juego de posición que en la historia reciente del conjunto catalán ha servido como pauta a su juego. A tenor de la plantilla que entrenaría, lo consideró la manera de sacarle el mejor rendimiento posible, una distinta a la que marcaban los cánones en el Camp Nou. Donde anteriormente se habían proyectado cuadrículas, él quería espacios, donde otros habían ansiado el control, él se abandonaría al vértigo. A cada plan su manual de instrucciones, y por eso los peajes que toda elección implica, y que en este caso tenía como sufrientes a la salida de balón o al ataque posicional, se esquivaron o se pagaron gustosamente con todo el metal acumulado al final de temporada. Este curso, sin embargo, esa intención inicial se ha matizado, y aguarda la llegada de nuevas directrices con las que fluir más y mejor que ahora, con el mismo ritmo anotador que entonces. Este Barça es menos vertical, es menos directo, probablemente saque menos rédito a sus sacrificios y ha convertido en protagonistas del ataque unas fases posicionales que antaño no lo eran. A la espera de nuevas respuestas para un camino que parece quererse emprender de un modo distinto, ha arrancado 2016 imponiéndose con calidad y resultados a su particular encrucijada futbolística.

Por tercer partido consecutivo, su rival volvió a apuntar a una salida de balón que, curiosamente, hoy es mejor que hace 12 meses pero que le hace conceder más, porque es también más importante que entonces en su forma de jugar. Por ambas cosas, también, el oponente se vuelca en defenderla arriba a la espera de que el mismo Barça le obligue a cambiar de parecer. Así el Atlético de Simeone, como antes el Málaga de Gracia o el Athletic de Valverde, respondieron al pitido inicial con una presión adelantada que fue efectiva en tanto que cortocircuitó el ataque azulgrana pese a que, a diferencia de lo que sucedió en La Rosaleda, en esta ocasión pocos errores individuales pudieron contarse en el lado de los locales. Los hombres implicados en el circuito de salida del Barça fueron pacientes, se encontraron y limitaron el riesgo de pérdida; les faltó poder ganar metros y hacer avanzar en ventaja al equipo. Ayudó a ello el excelente ejercicio defensivo de los colchoneros, con Koke, Saúl, Juanfran y Filipe Luis defendiendo las recepciones en banda, Gabi y Augusto haciendo lo propio con las de los interiores y Carrasco cerrando la vía que mediante el pase podía unir a Piqué con Sergio Busquets. De las soluciones alternativas que acostumbra a manejar en estas ocasiones el equipo de Luis Enrique, la que más compareció en este primer tramo fue la de un Neymar que aprovechando la superioridad respecto a su par, sacó varias veces de atrás a los suyos hasta que un encontronazo lo medio ausentó durante algunos minutos.

Disputándose mucho tiempo en la mitad culé fuese quien fuese quien tuviese el esférico en su poder, la localización del juego a lo largo de los primeros veinte minutos permitió a los rojiblancos plantarse juntos cerca del área de Claudio Bravo, lo cual a la hora de atacar les otorgó jugosos beneficios. Movieron bien el balón, se apoyaron en un Yannick Ferreira Carrasco que ubicado junto a Griezmann en punta fue su individualidad más destacada y, evocando aquella semifinal de Champions con Raúl García, exprimieron la superioridad física de Saúl en el triángulo que defienden Alba, Iniesta y Mascherano. Como consecuencia llegó el gol de Koke y una fase de agobio que se convirtió en la llamada a Leo Messi. El argentino había comenzado el partido considerablemente centrado, por momentos intercambiando la posición con Suárez de forma clara incluso antes de que la jugada se desarrollase, y tanto el ímpetu medido de Gabi y Augusto por dentro como lo apretado de la defensa de Filipe y Koke en banda, le estaban dificultando entrar en juego con regularidad. Se zambulló, tras el gol, en una fase de búsqueda en la que dar con el espacio que le permitiera intervenir, y que lo llevó desde el extremo a la base de la jugada pasando por las habituales zonas del mediapunta o el interior derecho. Encontrada la forma de abastecerse, Leo empezó a permitirle metros a sus compañeros, a ganar tiempo y pases cruzada la divisoria y, en definitiva, a cambiar las constantes del juego que habían decorado el choque hasta entonces. También ayudó, a partir del minuto veinte, la presencia de Busquets entre centrales a la hora de construir desde atrás.

A resultas de esto, el guión cambió y el partido pasó a jugarse en la mitad atlética. Los de Simeone parapetaban su frontal y el Barça, a falta de nuevos automatismos para atacar en posicional, se propuso derribar su bastión a fuerza de una calidad individual inalcanzable y una inspiración especialmente afinada. Los toques y los movimientos de Messi, Iniesta, Suárez, Neymar, Rakitic, Alves y compañía dibujaron un maravilloso duelo entre una soberbia defensa y unos extraordinarios atacantes, en el que poco a poco se fueron imponiendo estos últimos condenando al Atlético a no salir. Desde entonces y hasta el final del primer acto, la demostración técnica azulgrana fue imponente, y posiblemente encuentre su resumen más elocuente en el pase vertical de Mascherano que da inicio a la acción del primer gol. Un envío perfecto e indefendible nacido de las botas del, seguramente, futbolista menos virtuoso del once catalán. A partir de localizadas y meritorias ventajas, pues, los culés exigían al Atlético y su reajuste lo aprovechaban Busquets, Alves, Alba y los centrales para dominar la segunda jugada y negarle a su rival cualquier intento de respiro. Y en medio del vendaval, una jugada primorosa de Mascherano, Neymar, Jordi Alba y Messi, y una demostración de rotunda autoridad de Suárez ante la pieza más endeble de cuantas amurallaban la meta de Oblak, le sirvió a los locales para darle la vuelta al marcador e irse al descanso con ventaja tanto numérica como en el resultado.

La primera, sin embargo, se hizo sentir poco en la reanudación, al menos hasta que se vio incrementada. Simeone reestructuró a su equipo escorando a Carrasco a banda, y el belga fue capaz de disimular el hombre de menos que tenía su equipo cargando con los suyos para permitirles salir. Recogía el esférico muy atrás debido a que el partido ya se había instalado definitivamente en la mitad atlética, y echando mano de una tremenda conducción, de su pericia en el regate y de algún que otro apoyo en cualquiera de sus compañeros, proporcionó al Atlético ese respiro que, mismamente, en el primer tiempo y durante el tramo de más inspiración azulgrana no había tenido. Y es que el Barça de aquellos minutos no fue el de la segunda parte, ni contra diez ni posteriormente contra nueve pareció decidirse sobre qué estrategia tomar para asegurarse la victoria. La superioridad brindaba dos alternativas, la de lanzarse a por el partido o la de conservar la posesión aprovechando la inferioridad numérica del rival y dejar pasar los minutos. Los de Luis Enrique dieron la impresión de no decantarse claramente por ninguna de las dos y, por lo tanto, de quedarse finalmente en medio de ambas. Como síntesis sirve el cambio de Arda por Rakitic, una sustitución que con el croata en el once le permite al técnico recuperar ese movimiento que la temporada pasada con Xavi servía para cerrar marcadores favorables a base de control sobre la pelota y al que el sábado no se le terminó de adivinar una intención clara.

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Comments:3
  • Gordillo 1 febrero, 2016

    A veces pienso que SR con sus conducciones puede ser capaz de romper las presiones adelantadas y recorrer ese espacio entre la línea de defensa que se queda muy atrás y la línea de ataque pero luego rakitic es superior a SR en todo lo demas, sobre todo en presencia defensiva?
    Que crees al respecto, y si LE se la debería jugar con SR x rakitic.

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  • Adrián 1 febrero, 2016

    Respecto a la salida del balón del Barcelona en el primer tiempo con las líneas muy adelantas del Atlético incluso dejar casi a mitad de campo la línea de 4 de la defensa, cuando el equipo catalán como poseedor del balón se disponía realizar la salida, en este caso por zona derecha con Piqué, Alves, Rakitic , cada uno con marcaje de los jugadores atléticos,que fueron Carrasco-Piqué, Alves-Koke, Gabi(?)-Rakitic, Griezmann entre Mascherano y Bravo, además del Messi-Filipe, junto con el resto. Mi pregunta es, ¿deja Saúl la zona de banda en supuesto marcaje a J.Alba y hace marca sobre Busquets? Con los medio centros haciendo lo propio con los interiores del Barcelona, es de suponer que seria él (?). Y otra, ¿cuál es la razón por la que Piqué ,quizás el jugador que tuvo más posesión de la pelota durante los tramos de la primera parte con presión en la salida, buscó poco el pase largo hacia banda contraria suponiendo que posibilitara Saúl mas espacios ? ¿Supuso más adelante en el mismo primer tiempo una de las claves la búsqueda de la banda izquierda con Jordi Alba y Neymar para hacer recular las líneas del Atlético?

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  • Morén 1 febrero, 2016

    @Gordillo

    Sin duda puede ser el puesto del once más abierto del once, no solo por Sergi Roberto sino también por Arda. Ciertamente los tres pueden dar cosas distintas y en el caso del canterano la que comentas está presente. La cuestión es que, coincidiendo con la entrada de Turan en el equipo y unos partidos en los que pareció que Luis Enrique aceleraba mucho su incorporación al equipo, estamos viendo a un Rakitic especialmente competitivo y peleando mucho su puesto en el once. Está jugando fuerte las cartas que le son más favorables.

    @Adrián

    A mi parecer, en mi opinión los dos futbolistas más adelantados del Atlético, más que marcar hombres, defendieron líneas de pase. Por ejemplo, cuando el balón salía por la derecha era bastante clara la posición de Carrasco taponando la que podía unir a Piqué con Busquets. En este sentido, al menos mientras ambos equipos jugaron con once, yo diría que fue el belga quien más se emparejó con Busquets, mientras Saúl -según la orientación del juego- se movía entre Alba e Iniesta.

    Sobre lo que comentas del pase largo, para mí es una de las cuestiones interesantes de lo que está pasando últimamente con la salida de balón del Barça. Ahora la sufre más que al año pasado, pero curiosamente es mejor que entonces. Esto se debe, en mi opinión, a que como el Barça ha matizado su juego hacia una propuesta de mayor control, esta fase ha ganado importancia a la hora de desarrollar su juego. Ahora para los de Luis Enrique es más importante que antes salir con la pelota controlada desde atrás, por eso los rivales la defienden más, por eso los problemas que pueda tener son más perjudiciales y por eso se insiste menos en alternativas como las del envío directo que la esquiven.

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