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Jefecito a los mandos

mascheranoEl 0-2 cosechado en Londres puso muy de cara la eliminatoria para el Barça. Tanto que para el Arsenal pocas opciones se vislumbran que no pasen por un intento a la desesperada. Ayer, en buena parte, lo asumía Arsène Wenger cuando en rueda de prensa y consciente de que el milagro gunner pasa por conseguir marcar dos o tres goles en el Camp Nou, afirmaba: «Nuestra ventaja es que tenemos claro lo que debemos hacer: atacar«. Relacionada con esta, el técnico alsaciano tiene otra ventaja, y es la ausencia de Gerard Piqué. La importancia del central catalán en el sistema de juego culé no la vamos a descubrir ahora, digamos, para resumirla, que atraviesa todas las fases del juego tanto con la pelota como sin ella, y que es absolutamente clave en las acciones de estrategia. De cara al duelo de esta noche y adelantándonos a un escenario de partido en el que el Arsenal, de perdidos al río, busque más protagonismo ofensivo y una presión para castigar la salida de balón de los locales, cabe subrayar el peso que recae sobre los hombros Gerard tanto en lo que respecta al inicio de la jugada como al orden defensivo en campo propio.

En su ausencia y salvo sorpresa importante, el acompañante de Mascherano será Jérémy Mathieu, claro propietario de la plaza de tercer central durante los últimos meses y que ya la temporada pasada fue un activo competitivo que Luis Enrique tuvo muy en cuenta tanto en Liga como en Champions League. Su vía más habitual de acceso al once, sin embargo, ha sido bien la salida de Mascherano bien la reubicación del argentino en mediocampo. Y es que, tanto el francés como El Jefecito parecen compartir preferencia por jugar junto a un central del perfil de Piqué, de mayor temple posicional y capaz de colocar en su lugar a cada miembro de la defensa, también a su acompañante en el centro de la zaga. Juntos, Mascherano y Mathieu acreditan actuaciones exitosas, pero también varios traspiés como las derrotas del pasado curso en Anoeta, París y ante el Celta en el Camp Nou. No obstante, desde entonces ha llovido, y por ejemplo la confianza que el triplete parece haberle dado a Mascherano en su azulgrana posición de central, debería servirle hoy para liderar la zaga. Hacer de Piqué como Gerard hizo de Puyol cuando Carles ya no estuvo.

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