
¿Quién eres, Denis Suárez?
Hoy por hoy, Denís Suárez es una pregunta. La misma que han lanzado tantos otros mediapuntas a la hora de encajar en el 1-4-3-3 del que ya es su nuevo equipo. Por regla general, el dibujo arquetípico del conjunto azulgrana no contiene en su reparto a la figura del enganche, de tal modo que dependiendo del caso y de la situación, al futbolista que en otro tipo de esquemas habitaría la mediapunta, toca descubrirle una nueva ubicación. Los hay que como Rakitic, Deco o Iniesta la hallan en uno de los interiores, otros como Rivaldo, Ronaldinho o Messi lo hacen en la banda, e incluso algunos como el propio Leo o en su día Michael Laudrup, en un no siempre empleado papel de falso nueve. A la hora de pensar acerca de esta cuestión en el caso de Denis Suárez, sin embargo, no se parte de cero, pues el futbolista y su trayectoria ofrecen cierta información extra a propósito de su nuevo reto.
Para empezar, Denis ya ha jugado antes en el Barça o, por enunciarlo de forma más precisa, ya ha jugado antes en un Barça. Fue la temporada 2013-14, y en ella la unión del pontevedrés con el entonces Barça B de Eusebio Sacristán dio como resultado el mejor fútbol en el trayecto reciente de ambos. A las órdenes del de La Seca, antes y después el filial azulgrana había mostrado algunos puntos flacos que, al margen de los resultados, se repetían tanto en las buenas como en las malas. La dificultad para hacer reposar el juego en las inmediaciones de la frontal, de desencallar el ataque a partir de la pizarra y los mecanismos colectivos, o de vestir de ventaja la transición defensiva mediante la previa gestión del cuero, resultaban unas constantes que, no obstante, aquella campaña 2013-14 se vieron interrumpidas. Denis Suárez tuvo mucho que ver en ello. Desde muy joven con la vitola de prometedor mediapunta, y tras probar durante sus primeras semanas en Barcelona en una de las dos plazas de interior -por ejemplo ante el Real Madrid Castilla-, el ex del Manchester City se afianzó en el filial en una demarcación de extremo izquierdo en la que su desempeño resultó vital, y desde la cual se convirtió en la pieza más importante del equipo.
A la manera de aquel Ronaldinho de la era Rijkaard, del Iniesta de Vilanova que sólo unos meses antes había definido el funcionamiento ofensivo del primer equipo, o del Leo Messi que aún estaba por llegar, Denis le dio al Barça B, desde la banda, todo lo que antes le había estado faltando. Ejerció de origen y, en buena medida, de organizador desde uno de los costados. Tan pronto como el balón llegaba a sus botas, se activaban los automatismos del frente de ataque del filial barcelonista, apoyándose fundamentalmente en tres de las características de aquel Denis Suárez menos falso en el extremo de lo que cabía presuponer. En primer lugar, su capacidad para aguantar el balón arriba, detenerlo y con ello generar tiempo. Tiempo para que los suyos pudieran ganar altura sobre el terreno de juego y afianzar sus posiciones en campo contrario, y tiempo para que el rival volcara su defensa hacia el punto del campo en el que él se había frenado, liberando el resto de zonas, ahora conquistadas por sus compañeros.
A continuación el pase, favorecido por la orientación a pierna cambiada que le dibujaba una perspectiva muy amplia del ataque, y a partir de la cual podía hacer llegar el cuero a la banda contraria, habilitar las entradas desde segunda línea -tanto por dentro como por fuera- del interior y el lateral de su costado, o asomarse a la frontal para forzar a uno de los centrales a romper la línea y acto seguido filtrar el envío hacia el desmarque corto y diagonal del delantero. Y en tercer lugar, igualmente relevante aunque menos insistente, el desborde, pues aquella temporada en el filial azulgrana Denis Suárez mezcló las virtudes del centrocampista que había sido, con una familiaridad hacia la cal y una capacidad de desequilibrio por fuera más típicas de la demarcación que ocupaba.
“Le gusta jugar de mediocampo para adelante, donde entra en contacto con el balón y puede desequilibrar. Tiene buena técnica, gran potencia de disparo y define bien en el uno contra uno. Su tren inferior es muy poderoso y eso hace que no sólo en carrera sea bueno, sino que también protegiendo la pelota sea excelso”. Eusebio Sacristán
Ahora, su regreso a la disciplina culé se produce después de una temporada en la que también ha jugado abierto a banda. El Villarreal tradicionalmente había dado a sus centrocampistas más externos mucha libertad para acercarse a la mediapunta y dejar el carril a las subidas de los laterales y a los desmarques de los puntas, pero el pasado curso, a las órdenes de Marcelino, cada pieza guardó y respetó su lugar en la cuadrícula. La construcción de unos de los sistemas defensivos más impenetrables de Europa requería que los jugadores, en ataque, no se alejaran más de lo debido de las zonas a ocupar en defensa, provocando que el comportamiento de Denis en Castellón haya sido eminentemente exterior, principalmente desde la izquierda y con constantes parecidas a las mencionadas al respecto de su año en el filial blaugrana, pero con el añadido de que el Villarreal en el que jugó resultaba un conjunto menos ofensivo que aquel Barça B. Así pues, al citado repertorio Denis ha incorporado la conducción en vertical tirando de la transición defensa-ataque y un update defensivo innegociable con Marcelino.
Trasladado a Barcelona y proyectado su futuro inmediato en el conjunto catalán sobre la misma banda izquierda en la que hasta ahora nos hemos centrado, resultará fundamental despejar la incógnita acerca de cuál de sus nuevos compañeros será el encargado de definir el perfil zurdo del ataque cuando Denis ocupe en él plaza de extremo. Hace dos temporadas esta responsabilidad recayó en Leo Messi aún jugando en la orilla opuesta del campo, mientras que el curso pasado quien representó este papel desde una más cercana posición de interior izquierdo fue Andrés Iniesta. Aparentemente, para Denis lo ideal sería que las cosas siguieran como están, ya que cuando fue Leo quien moldeó las funciones del extremo izquierdo, Neymar llevó a cabo un rol muy relacionado con la profundidad y el desmarque al espacio que de entrada no parece el de encaje más perfecto con las virtudes del gallego, quien tanto en el Barça B como en el Villarreal siempre actuó en el lado fuerte del ataque, en el de más peso. Por lo tanto, la coyuntura de tener que ser él quien afronte el vaciado y no quien lo provoque, si bien podría favorecer su desborde y conducción, supondría para el jugador un escenario novedoso.
En cambio, el sistema que ha desarrollado el Barça 2015-16 -con sus virtudes y sus defectos- reproduce un ecosistema más reconocible para Denis Suárez si es alineado en el extremo, ya que en tal caso su costado absorbiera más balón, músculo asociativo y socios cercanos con los que relacionarse. A propósito de los tres que más a menudo encontrará a su alrededor, no es difícil adivinar en Jordi Alba el complemento profundo con el que ya contó en el filial y que el propio lateral ha sido a lo largo de su carrera, o en Luis Suárez un delantero capaz de sacar mucho provecho de la espalda del central derecho rival cuando Denis lo tiente a salir hasta el balcón del área. En cuanto a Iniesta, si bien es cierto que el hecho de que tanto Denis como el capitán tengan lugares de destino similares en la pizarra plantea algún riesgo en forma de colisión, también lo es que en ausencia de Messi y con un Neymar más diez que once, manchego y brasileño no sólo hallaron la forma de no pisarse sino que incluso se potenciaron. Con Denis, que sobre el campo habla un idioma parecido al de Iniesta, podría suceder lo mismo.
El paralelismo entre ambos, de hecho, no es nuevo, y en su presentación como nuevo jugador azulgrana el gallego no titubeó señalándole como el espejo en el que quiere mirarse. Son unas declaraciones que tienen si cabe una carga mayor si se repara en el mensaje que más claramente transmitió Denis en la primera rueda de prensa tras su vuelta: se siente centrocampista. Interior, para más señas, cuando se imagina en el 1-4-3-3 culé:
“Vengo para jugar en el mediocampo, es cierto que también puedo jugar puntualmente arriba pero mi posición natural es uno de los dos interiores. (…) Puedo jugar tanto en los dos interiores como en los dos extremos, pero creo que mi posición natural y donde puedo rendir mejor es tanto en el interior derecho como en el interior izquierdo”. Denis Suárez
Sin embargo, y tal como se ha repasado, sus mejores campañas hasta ahora las ha realizado en banda, mientras que por el centro ha tenido más problemas para hacer bombear su juego. En el Barça B, su exitoso paso al extremo camufló de solución colectiva lo que en Sevilla insinuó tener también algo de individual. En el Sánchez Pizjuán recaló para ocupar la vacante en la mediapunta que la salida de Rakitic rumbo a Barcelona dejaba sin dueño. Por aquel entonces, Ever Banega tenía una presencia intermitente en los planes de Unai Emery, Iborra era mediocentro y Denis una de las grandes apuestas del verano sevillista. Su pretemporada en el conjunto andaluz y la Supercopa de Europa contra el Real Madrid sembraron de optimismo el inicio, pero pese a la confianza del técnico en el arranque liguero, Suárez no rompió a jugar. Era un Sevilla, como todos los de Unai durante las primeras jornadas, tendente a la asociación, pero Denis no logró hacerse fuerte desde la mediapunta en un contexto de juego que aparentemente le era favorable. Los problemas que encontró, no fueron tanto acerca del qué a realizar, sino de la posibilidad de hacerlo. Le costaba activarse de forma continuada en su zona. Aparecer.
De vuelta al F.C.Barcelona, sin embargo, la situación guarda alguna diferencia con respecto a aquella que el verano pasado le hizo abandonar Nervión. La fundamental, que con los azulgranas competirá en el mismo bando que Messi, Neymar y Luis Suárez, y la delantera culé lo define prácticamente todo. Luis Enrique le ha dado forma al equipo alrededor de su tridente, subordinando a él tanto la propuesta colectiva como las responsabilidades del resto de piezas. A nivel general, el objetivo es que el poseedor del balón siempre tenga una opción de pase hacia adelante, y como sobre todo Messi y Neymar tienden a intimar con el mediocampo, son recurrentes los intercambios de alturas entre el delantero de banda y su respectivo interior. El juego de Denis Suárez tiene ese salto de línea. En la medular, es un futbolista que por su deseo de entrar continuamente en contacto con el esférico no rehuye la base de la jugada, pero que dada su tendencia a la mediapunta alterna estos momentos de juego por detrás del balón con otros en los que se le ofrece por delante, entre líneas a la espalda de la presión. Es constante opción de movilidad y participación.
Yendo a aspectos más concretos, a Denis puede beneficiarle el peso de la MSN en el juego culé en tanto que, lo que la delantera absorbe y atrae, dibuja escenarios que minimizan algunas de las dificultades que ha encontrado el gallego cuando ha jugado en zonas interiores. El Barça normalmente quiere que el balón esté arriba, que llegue cuanto antes a los pies de Messi, Neymar o Luis Suárez, y esto suele suponer que, recibiendo la devolución, para los interiores sea más fácil jugar de cara y con espacios que en otro tipo de contextos. Otra cuestión importante y derivada del peso que adquieren los atacantes en el conjunto de Luis Enrique es la exigencia defensiva que deben asumir el resto de piezas para compensar el descargo de los tres cracks. En los días en que la estrategia intimidatoria barcelonista pasa por liberar del retorno a uno, a dos o sus a tres delanteros, la generosidad en el esfuerzo que forzosamente ha tenido que incorporar Denis con Marcelino debería servirle para ofrecer un trabajo sin balón en la línea del de los actuales interiores del equipo.
Por último, en el Barça de Luis Enrique y la MSN los interiores mantienen una relación muy estrecha con el delantero de su sector. Tanto la sociedad de Rakitic con Messi como la de Iniesta con Neymar son claras y de una gran relevancia táctica. Denis Suárez conoce la banda, y en este sentido su ambivalente relación entre el centro y la cal, le ayudará. En la izquierda puede proyectarse con cierta facilidad una alternancia con Neymar a lo ancho y a lo largo como la que ha tenido Iniesta con el brasileño, mientras que en la derecha, si bien es cierto que su perfil dista del de Rakitic, se abren nuevas puertas. Por un lado, la temporada pasada vimos a Messi acudir con mayor frecuencia al centro, y ciertos problemas a la hora de que el croata lograra activar el carril diestro del ataque en ausencia del 10. Por el otro, este año a Leo le faltará Dani Alves, su principal socio a la hora de jugar en corto. Denis Suárez, tanto asumiendo peso en el costado cuando el teórico extremo acuda a la mediapunta, como siendo ese interior con más sensibilidad asociativa a la vera de Messi, añadirá alternativas a la baraja de Luis Enrique por si el técnico estima oportuno reajustar el funcionamiento de la banda derecha.
Incluso, y como apunte final, puede devolverle al asturiano la variante del 1-4-2-3-1 a la que la pasada campaña recurrió menos que hace dos. En parte porque no parece tener del todo claro jugar con sólo “dos centrocampistas” si uno de ellos es Andrés Iniesta, y en parte también debido al adiós de Pedro Rodríguez. No en vano, durante la temporada del segundo triplete, el punta canario fue el jugador que alineado en banda derecha permitía a Luis Enrique juntar en un mismo once a cuatro delanteros, con dos de ellos marcando la amplitud por banda y Messi libre por detrás del nueve. Denis, que tradicionalmente había encontrado refugio en el costado izquierdo cuando abandonaba el carril central, destacó en los últimos meses del anterior curso jugando también por la derecha. Desde ahí, en el cuadro de Marcelino, encontró compañeros más indicados para la asociación y para ganar presencia en el desarrollo de la jugada sin verse limitado por el hecho de actuar a pierna natural. Son varios, pues, los posibles encajes de Denis Suárez en su primera experiencia con el primer equipo, tanto en lo que hasta ahora se hizo como en lo que puede que deba cambiar. Ahora dependerá de él, y sólo hace falta que responda.
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– Foto: Charles McQuillan/Getty Images
Luis Glez. 10 agosto, 2016
Lo primero, mis felicitaciones por el cambio de imagen, más dinámico y atractivo.
Segundo, ya en el meollo de la cuestión, veo a Denis Suárez compitiendo, al menos en principio, por un puesto en los extremos en lo relativo a la rotación, ya que la competencia en el puesto de interior con Iniesta, Rakitic, Arda, Gomes, Roberto o incluso Rafinha, se me hace complicado verle compartir minutos provocando un descenso en todos los disponibles; además, en principio con la puesta apunto de Neymar puede tener su oportunidad. En este contexto que planteo, el de extremo zurdo, se podría convertir, como se ha señalado en el post, en un falso extremo zurdo como fue Iniesta en la temporada de Tito Vilanova, en la que se intercambiaba constantemente la posición con Cesc Fàbregas, aunque en principio no tan drástico y creo que en la mayoría de ocasiones, evidentemente, estaría en un escalón por encima de Iniesta.
Por otro lado, estoy de acuerdo que dada su experiencia con Marcelino, Luis Enrique dispondría de una pieza más con la que contar en situciones defensivas.
Morén 11 agosto, 2016
Muchas gracias, Luis. Todavía hay retoques por hacer y cosas que solucionar pero me alegro que el nuevo diseño ya te esté gustando.
Yo a Denis también me lo esperaba como tú, siendo una opción para el mediocampo pero sumando también mucha presencia arriba. Pero debo decir que tanto sus declaraciones en la presentación como el uso que Luis Enrique le está dando en esta pretemporada, me hacen poner un poco en duda mi hipótesis inicial. Son cuatro amistosos y Denis todavía no ha salido del interior -derecho, para más señas-, respondiendo muy bien en la posición, por cierto. Evidentemente es circunstancial porque la plantilla estaba condicionada por el calendario, pero me ha parecido algo, cuanto menos, llamativo.
Luis Glez. 11 agosto, 2016
Gracias por la respuesta Albert; es más, en cierto modo, no nos tendría que sorprender la posición en la que ha venido jugando, de hecho ya en Ecos esta pasada temporada surgió el debate sobre en qué banda aportaba más Denis en el Villarreal, y no había una respuesta clara generalizada. Ahora bien, es lógico que también nos choque verle en esas latitudas por el tema de la zona de influencia de Messi; y como has señalado esto no acaba más que empezar.
Miguel 11 agosto, 2016
Que explicacion puede haber para que solo lo haya probado en la derecha y no de extremo o interior izquierdo, yo es que me esperaba verle de interior izquierdo, a sido por su entendimiento con Messi o los tecnicos ya tenian pensado ponerle ahí, ne sorprende que estando en pretemporada no se le haya probado en los otros sitios.